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LA MARCHA DE LOS PARAGUAS: UNA PROTESTA PACÍFICA.
“Miles de estudiantes chilenos marcharon el pasado jueves 18 en Santiago bajo la lluvia por una educación pública de calidad, manteniendo así la presión sobre el gobierno que la víspera les hizo su tercera propuesta para destrabar el conflicto. Frío, lluvia e incluso nieve acompañaron durante todo el trayecto a los estudiantes, que volvieron a congregarse en la céntrica avenida Alameda para protagonizar la sexta gran jornada de protesta desde que en mayo estalló el conflicto. Protegidos por paraguas, cubiertos con bolsas plásticas y abrigados de pies a cabeza, los estudiantes buscaban demostrar la fuerza de su movimiento que aboga por el fortalecimiento de la educación pública en Chile. A diferencia de otras convocatorias, esta vez no se habían registrado incidentes y por el contrario, hubo bailes y manifestaciones artísticas a lo largo del recorrido. La manifestación copaba también las redes sociales, donde fue llamada como "la marcha de los paraguas" y recibía miles de mensajes de aliento y apoyo”.
Mario Garcés Durán, director de la organización no gubernamental chilena ECO Educación y Comunicaciones, ha señalado que la crisis de legitimidad del sistema político generó un crecimiento de los movimiento sociales. El analista y muchos otros expertos trazan los orígenes del problema al llamado "sistema político binominal" que rige en Chile desde 1980, y que limita el acceso de los partidos chicos al Congreso. "Para tener representación parlamentaria estos partidos tienen que ser parte de una alianza, ya sea de centroizquierda (Concertación) o de centroderecha (la gobernante Coalición para el Cambio)", explicó Garcés Durán. Este sistema impide que se expresen las minorías. Incluso al interior de los partidos esto afecta su representatividad. Un caso muy dramático es la situación del PDC, partido que perdió su identidad y está muy dividido, tal vez infiltrado para bloquearlo por dentro, y lo peor, no logra retomar un liderazgo popular masivo. Hay miles de chilenos(as) que votan por la DC, pero algunos han empezando a votar por la derecha o están entre las bases de la llamada “derecha social”, recibiendo el insulto de los ultras. La excesiva cercanía de la izquierda, entre otras causas, está matando al PDC. No se trata de intentar un camino propio, pero la Concertación no responde a esta nueva crisis del modelo neo-liberal chileno, y la DC pierde su identidad y razón de ser, si no hace posible sus aportes propios entre el pueblo, para superar el neo-liberalismo. Hay “acuerdos y acuerdos” y el de la Concertación está agotado y nunca fue muy bueno. Hay “acuerdos extrínsecos” que no comprometen la esencia de los propios ideales y mantienen una necesaria “distancia estratégica” entre humanismo cristiano y otras visiones. Esta es la clave: “Pluralismo no relativización”. En esto la Concertación abusó del pragmatismo y terminó siendo tan neo-liberal como la derecha.
En un sector importante de la ciudadanía hay una desconfianza en las dos coaliciones gobernantes y en el sistema político, cerca del 50% de las personas que están en edad de votar -en particular los más jóvenes- no están inscritos en los registros electorales. Hay un padrón electoral muy chico, que es el que le otorga legitimidad a este sistema político
La falta de confianza en los dirigentes lleva a muchos estudiantes a exigir que la reforma educativa sea votada directamente a través de un plebiscito vinculante. Cristian Olivares Gatica, que estudia en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y forma parte del movimiento de estudiantes autogestionados afirma que "La clase política no va a resolver nada. Nadie nos representa" Olivares Gatica desmereció la convocatoria de las autoridades a una mesa de diálogo, afirmando que las charlas entabladas en 2006 con el gobierno de Michelle Bachelet, tras las revueltas estudiantiles conocidas como "la revolución de los pingüinos", lograron pocos avances. Laura Ortiz, de 16 años, vocera de la Asamblea de Estudiantes Secundarios (ASES), también remarca la confianza "casi nula" que tienen los alumnos de liceos en los políticos. No obstante, Ortiz admitió que los más chicos "no tienen otra opción" más que seguir presionando al Poder Ejecutivo para que encuentre una solución, en vista de que, por ser menores de edad, no podrían participar de un plebiscito.
Sergio Micco Aguayo, Abogado; Magíster en Ciencia Política y Doctor en Filosofía Política, sostiene que “La crisis de redistribución socio-económica ha provocado una crisis de representación política que no se soluciona sin abordar la primera, que es la que protesta en la calle” Esta protesta ciudadana emergente apoya a los estudiantes. En la medida que emerjan nuevos líderes democráticos que canalicen políticamente las nacientes demandas colectivas, se podrá configuran un nuevo camino democrático de progreso. Pero, este camino es un proceso que hay que ganarlo ahora, evitando caer en las garras del “ultrismo”. Hay que privilegiar la negociación, que frente a los poderosos es muy desigual, pero, caer en la violencia social es mucho peor, porque se puede perder demasiado, para no decir todo. Se observan signos de negociación y algunas iniciativas. Los próximos meses dirán cuáles serán sus resultados.
Los analistas advierten que convocar a una consulta popular no sería fácil: la actual Constitución chilena no contempla la posibilidad de un plebiscito vinculante, por lo que habría que modificar la Carta Magna para lograrlo. En cambio, los partidos que conforman la Coalición para el Cambio descartaron esta vía, prefiriendo otras alternativas para buscar una solución al reclamo estudiantil. Algunos, en el fondo, están cerrados a todo cambio. Esto es fatal. De debe ceder en lo que no se puede mantener con justicia y paz social.
“Miles de estudiantes chilenos marcharon el pasado jueves 18 en Santiago bajo la lluvia por una educación pública de calidad, manteniendo así la presión sobre el gobierno que la víspera les hizo su tercera propuesta para destrabar el conflicto. Frío, lluvia e incluso nieve acompañaron durante todo el trayecto a los estudiantes, que volvieron a congregarse en la céntrica avenida Alameda para protagonizar la sexta gran jornada de protesta desde que en mayo estalló el conflicto. Protegidos por paraguas, cubiertos con bolsas plásticas y abrigados de pies a cabeza, los estudiantes buscaban demostrar la fuerza de su movimiento que aboga por el fortalecimiento de la educación pública en Chile. A diferencia de otras convocatorias, esta vez no se habían registrado incidentes y por el contrario, hubo bailes y manifestaciones artísticas a lo largo del recorrido. La manifestación copaba también las redes sociales, donde fue llamada como "la marcha de los paraguas" y recibía miles de mensajes de aliento y apoyo”.
Mario Garcés Durán, director de la organización no gubernamental chilena ECO Educación y Comunicaciones, ha señalado que la crisis de legitimidad del sistema político generó un crecimiento de los movimiento sociales. El analista y muchos otros expertos trazan los orígenes del problema al llamado "sistema político binominal" que rige en Chile desde 1980, y que limita el acceso de los partidos chicos al Congreso. "Para tener representación parlamentaria estos partidos tienen que ser parte de una alianza, ya sea de centroizquierda (Concertación) o de centroderecha (la gobernante Coalición para el Cambio)", explicó Garcés Durán. Este sistema impide que se expresen las minorías. Incluso al interior de los partidos esto afecta su representatividad. Un caso muy dramático es la situación del PDC, partido que perdió su identidad y está muy dividido, tal vez infiltrado para bloquearlo por dentro, y lo peor, no logra retomar un liderazgo popular masivo. Hay miles de chilenos(as) que votan por la DC, pero algunos han empezando a votar por la derecha o están entre las bases de la llamada “derecha social”, recibiendo el insulto de los ultras. La excesiva cercanía de la izquierda, entre otras causas, está matando al PDC. No se trata de intentar un camino propio, pero la Concertación no responde a esta nueva crisis del modelo neo-liberal chileno, y la DC pierde su identidad y razón de ser, si no hace posible sus aportes propios entre el pueblo, para superar el neo-liberalismo. Hay “acuerdos y acuerdos” y el de la Concertación está agotado y nunca fue muy bueno. Hay “acuerdos extrínsecos” que no comprometen la esencia de los propios ideales y mantienen una necesaria “distancia estratégica” entre humanismo cristiano y otras visiones. Esta es la clave: “Pluralismo no relativización”. En esto la Concertación abusó del pragmatismo y terminó siendo tan neo-liberal como la derecha.
En un sector importante de la ciudadanía hay una desconfianza en las dos coaliciones gobernantes y en el sistema político, cerca del 50% de las personas que están en edad de votar -en particular los más jóvenes- no están inscritos en los registros electorales. Hay un padrón electoral muy chico, que es el que le otorga legitimidad a este sistema político
La falta de confianza en los dirigentes lleva a muchos estudiantes a exigir que la reforma educativa sea votada directamente a través de un plebiscito vinculante. Cristian Olivares Gatica, que estudia en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y forma parte del movimiento de estudiantes autogestionados afirma que "La clase política no va a resolver nada. Nadie nos representa" Olivares Gatica desmereció la convocatoria de las autoridades a una mesa de diálogo, afirmando que las charlas entabladas en 2006 con el gobierno de Michelle Bachelet, tras las revueltas estudiantiles conocidas como "la revolución de los pingüinos", lograron pocos avances. Laura Ortiz, de 16 años, vocera de la Asamblea de Estudiantes Secundarios (ASES), también remarca la confianza "casi nula" que tienen los alumnos de liceos en los políticos. No obstante, Ortiz admitió que los más chicos "no tienen otra opción" más que seguir presionando al Poder Ejecutivo para que encuentre una solución, en vista de que, por ser menores de edad, no podrían participar de un plebiscito.
Sergio Micco Aguayo, Abogado; Magíster en Ciencia Política y Doctor en Filosofía Política, sostiene que “La crisis de redistribución socio-económica ha provocado una crisis de representación política que no se soluciona sin abordar la primera, que es la que protesta en la calle” Esta protesta ciudadana emergente apoya a los estudiantes. En la medida que emerjan nuevos líderes democráticos que canalicen políticamente las nacientes demandas colectivas, se podrá configuran un nuevo camino democrático de progreso. Pero, este camino es un proceso que hay que ganarlo ahora, evitando caer en las garras del “ultrismo”. Hay que privilegiar la negociación, que frente a los poderosos es muy desigual, pero, caer en la violencia social es mucho peor, porque se puede perder demasiado, para no decir todo. Se observan signos de negociación y algunas iniciativas. Los próximos meses dirán cuáles serán sus resultados.
Los analistas advierten que convocar a una consulta popular no sería fácil: la actual Constitución chilena no contempla la posibilidad de un plebiscito vinculante, por lo que habría que modificar la Carta Magna para lograrlo. En cambio, los partidos que conforman la Coalición para el Cambio descartaron esta vía, prefiriendo otras alternativas para buscar una solución al reclamo estudiantil. Algunos, en el fondo, están cerrados a todo cambio. Esto es fatal. De debe ceder en lo que no se puede mantener con justicia y paz social.
