UNA PROFECÍA DEL HUMANISMO CRISTIANO.

UNA PROFECÍA DEL HUMANISMO CRISTIANO. La denuncia de la injusticia globalizada sigue vigente, no se puede justificar la deshumanización de la economía de mercado que se ha apoderado del mundo post-moderno. Se ha cumplido la profecía del humanismo cristiano que advertía que el olvido de Dios nos lleva a la negación de la dignidad del ser humanos y la negación de los valores humanos nos lleva a la destrucción del medio ambiente, donde la humanidad vive y se encuentra con Dios. ANTI-CANTO DEL IMPERIO. Los ojos aéreos del imperio, vigilan a los parias de Dios, vigilan el despertar de los pueblos. Sus satélites espías cohabitan, con los dioses de la guerra. Los huérfanos de poder, no poseen la energía originaria. El agua apetecible de sus norias, sube a la boca del imperio, y desciende ennegrecida al vientre de la tierra. Sus bosques autóctonos, agonizan bajo la lluvia ácida. Sus jardines interiores hieden a aguas servidas. La abundancia de los mercados, se pudre en el hambre de los últimos menesterosos. Los consumidores son glorificados y seducidos por los dominadores. El mercado apátrida se pasea ebrio y excitado por las plazas de barrio alto de la aldea global. Del Libro: “Cantos y Anti-Cantos del Ungido y da la Última Cumbre”. De Mario Andrés Díaz Molina. Poema 10. Pág. 12. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.

CANTOS Y ANTICANTOS DEL UNGIDO Y DE LA ÚLTIMA CUMBRE

CANTOS Y ANTICANTOS DEL UNGIDO Y DE LA ÚLTIMA CUMBRE Hace unos días llegó a mis manos un ejemplar del texto “Cantos y Anticantos del Ungido y de la Última Cumbre, de Mario Díaz Molina[1]. Es un texto novedoso por varias razones. En primer lugar, la estructura es compleja. El volumen convoca diversos registros escriturales que van desde el comentario o la crítica literaria, al manifiesto, al texto poético –texto que origina y al que remite este comentario- para culminar en el ensayo. Quiero entender esta diversidad como una apelación, como un llamado a dialogar con nuestro horizonte de expectativas, tan definido por la noción de género. Es, en este sentido, una novedad. La propuesta central, entiendo, está signada por el texto poético, en torno al cual se inscriben –y del que se hacen parte- los demás textos. Es éste un extenso poema, de carácter narrativo, compuesto por 19 cantos y anticantos que presentan una visión muy personal, muy cristiana, de la salvación, refractada desde la conciencia del sujeto poético. Se inicia la obra con el alumbramiento del Ungido y su mirada se vuelca hacia al misterio; la encarnación del Dios de los cielos y su inserción en la condición humana: “La preñez de mi Madre Fue, es y será la encarnación Divina de la salvación del mundo…” Los cantos que lo conforman lo sitúan en directa apelación a una de las formas escriturales de la tradición bíblica, aunque, en uno de los logros del texto, el tono es más bien crítico. La perspectiva del sujeto poético se desplaza notoriamente desde la humildad propia de la visión cristiana tradicional, a una suerte de manifestación y reconocimiento – sin concesiones, afortunadamente- gesto muy contemporáneo, de la individualidad. Sugestivas y potentes son las imágenes que resultan de tal desplazamiento: “He sido fuerte, paciente y bello. Di vigor a la flaqueza, sostuve a los vacilantes (…) A pesar de la iniquidad y desolación, Sobre mis huellas imborrables, flota mi voz inefable. Un pequeño resto bebe en mi cáliz agridulce…” Los Anticantos, por otro lado, introducen la tensión- contrapunto bien logrado- que apoya la visión descarnada del Ungido y establecen el diálogo con nuestro tiempo. El bien y el mal asoman develando los valores y antivalores de la época. Presente y pasado, cosmovisión en revisión, en diálogo y hecha texto. El tono profético de los cantos transmuta en denuncia recuperando un profundo sentido social, esencia y fundamento cristiano: “Los magnates dejan que se pudra la sombra de Dios, en sus altares cloacales (…) se despojan de sus propias existencias incendian sus paraísos babélicos. Las estrellas besan sus rostros, la luna los acuna, pero ellos no lo saben…” Encarnación, descenso y ascenso marcan los tiempos del viaje poético. La vuelta al origen, a la unidad, último momento, asoma como posibilidad. Posibilidad ligada al juicio, a la mirada honesta y a la asunción de la responsabilidad y de nuestras miserias. Trabajo lúcido y arriesgado, el texto nos lleva a la reflexión, a la pregunta por el origen y de camino, se erige en metáfora del tránsito terreno. Objetivo ambicioso, salvado por la honestidad, fuerza y actualidad de las imágenes. Tras los versos, asoma una voz clara y enérgica. Lectura poco común en estos días, a más de alguno identificará. Claudio Godoy Arenas Director Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación UCM [1] Profesor de Religión y Filosofía de la UCM, el autor ha recibido reconocimiento en diversos certámenes literarios. Es éste su primer libro, publicado en los talleres de Impresos del profesor, Linares.

    Presentación

    En nuestro país, el grupo Edwards y COPESA son los conglomerados con mayor cantidad de medios de comunicación. La información que recibimos día a día a través de la televisión, los periódicos y las principales revistas forman nuestra manera de ver e interpretar el mundo que nos rodea desde con marcados elementos ideológicos, de los cuales ni siquiera nos damos cuenta.

    Desde esta perspectiva, generar espacios para compartir aquello que nos des-alinea y nos des-aliena de la cultura y la ideología oficial, constituye una necesidad para aquellos que aspiramos a construir una "realidad" diferente, basada en valores humanistas, centrados en la solidaridad y que acogen la potencialidad creativa que existe en cada uno de nosotros.

    El objetivo de esta página web es, precisamente, constituirse como un medio de comunicación y de expresión generado por personas comunes y corrientes, pero que buscan conectarse con lo grande que hay dentro de ellas mismas y entregarlo a los demás a través de la palabra escrita.