EL PANTEÍSMO DOCTRINARIO, A VECES ES MERA RETÓRICA O NO REFLEJA LO VALIOSO O NO-VALIOSO DE ALGUNOS PANTEISTAS. Reflexiones teológicas dominicales. 28-septiembre-2014.

EL PANTEÍSMO DOCTRINARIO, A VECES ES MERA RETÓRICA O NO REFLEJA LO VALIOSO O NO-VALIOSO DE ALGUNOS PANTEISTAS. Reflexiones teológicas dominicales. 28-septiembre-2014. Respeto las visiones diferentes, tolero lo que considero negativo y así rescato algo superior. Esto lo dejo claro, pero expreso con este mismo respeto y tolerancia mis diferencias, porque es mí ser en el mundo, el que vive, siente y piensa de otra manera. Es un derecho y un deber, en algunos casos, decir esto no me parece y esto sí. 1.- Las visiones panteístas, por ejemplo, el tema de estas reflexiones, repletan los dichos de no pocas personas. Son muchas palabras y a veces mucha descalificación de las experiencias religiosas cristianas o teístas. Pero son eso: ruidos, a veces retóricos. Sin testimonio. Dios es amor y paz, en medio de este mundo. Pero no es el mundo. Tolerar también es aceptar convivir respetuosamente con los que creen en un Dios-persona o tri-personal, que no es una energía, que se pueda manipular desde los deseos más ocultos del ser humano. Los que han reemplazo la oración por “formas de manejo de una supuesta energía divina del universo” seguirán con sus prácticas y esto debe ser tolerado. Los cristianos seguiremos orando a un Dios creador y salvador distinto a su creación y creaturas y, nuestra espiritualidad se seguirá proponiendo a lo ancho y largo del mundo actual y futuro. La libertad personal es fundamental para optar y discernir con criterios ciertos que permiten seguir creciendo en libertad y verdad. 2.- Llama la atención la persistencia en hablar de este dios energético, que en la vida concreta de algunos supuestos panteístas, nada significa para superar el consumismo en todas sus formas, que configura sus vidas cautivas de ansias hedonistas cerradas a una trascendencia real. Es distinto escuchar a un hombre o mujer que viven en la naturaleza, redescubriendo valores universales, que saben que están en la vida de otras visiones muy diferentes y sienten que hay una fraternidad que no se puede reducir a los que piensan como ellos. Son panteístas, pero son tolerantes y no se obstinan en un proselitismo fanático anti-cristiano. 3.- No es fácil calificar en la justa medida, desde la propia visión valórica a personas diferentes; pero la autenticidad de nuestro amor, respeto y tolerancia pasa necesariamente por esta opción de amar, respetar y a veces admirar a los “diferentes”, sin perder o relativizar lo esencial de nuestra identidad; fundamento de lo que nos hace sólidos como personas creyentes, solidarias y perseverantes en el camino cristiano de la fe-esperanza-amor. 4.- El mundo no es divino, no es Dios, no es una energía impersonal que salva en la medida que es manipulada por medio de técnicas de auto-salvación. Tampoco, nuestra redención pasa por una reencarnación varias veces repetida que termina en una auto-perfección, donde algunos intentan hacer hablar a un cristo esotérico, que hace tanto o menos que los efectos de una meditación que llaman trascendental o cósmica. Vivimos en una democracia fundada en la tolerancia religiosa entre otros valores. ¡Gracias a Dios no estamos en los tiempos de la inquisición! Pero, respetar o tolerar no es relativizar la verdad. La unidad civil y cultural de una sociedad democrática no impone una uniformación ideológica o religiosa, que nunca se ha logrado. Los sistemas totalitarios lo han intentado concretar a sangre y fuego con resultados aterradores. 5.- Sin embargo, un cristiano puede y debe discernir lo valioso de un sistema de meditación o técnica de crecimiento personal, etc. y rescatar lo que evidentemente es positivo o bueno y compatible con su identidad cristiana. En esto vale mucho lo vivencial. También es importante captar que estas intuiciones que logran ver el bien en otras tradiciones culturales y religiosas, vuelven a descubrir que el fundamento cristiano desde donde disciernen y rescatan estos valores y riquezas morales y humanas, tienen a Cristo como fuente y finalidad. 6.- Cristo, es el salvador de toda la humanidad, porque en él, todo lo bueno del ser humano, tiene su razón de ser. La encarnación del Hijo de Dios y Dios con el Espíritu Santo, penetró en la raíz de la naturaleza humana que es histórica y está tensionada hacia la eternidad de Dios. En el fondo de todo hombre o mujer, está la impronta de esta encarnación que se inmoló en la cruz y confirmó su poder salvífico en la resurrección. Cristo, está primero en todo ser humano, antes de toda evangelización, preparando el encuentro con el amor salvador y, la ley natural, está “marcada” por este Señor de la historia. Cristo, salva desde el corazón de todas las culturas. Evangelizar, es una buena nueva que no se reduce a un discurso limitado por la razón humana. El Espíritu Santo renueva la buena voluntad, el bien de un no-cristiano y respetando el proceso cultural humano lo guía hacia Dios. Puede llegar a conocer el mensaje evangélico o morir antes. Como puede rechazar este mensaje. Es suficientemente libre. Pero, todo movimiento colectivo o personal bueno por esencia y que busca a Dios, busca porque Cristo está activo en sus raíces. Esto no es sincretismo ni eclecticismo, no puede serlo, porque la salvación de Cristo, no se reduce a una doctrina; y sin anular la doctrina cristiana, en ningún momento, se hace comunión con Dios, que es más que una doctrina. Es una vida nueva. La naturaleza nunca es anulada, pero es elevada para hacer posible la plenitud de la redención del ser humano. Ahora somos peregrinos y a la vez habitantes de la tierra. Necesitamos estar de rodillas ante Dios, compartiendo nuestros bienes entre nosotros con prudencia, amor y siempre con buena intención. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

UNA MANIPULACIÓN BURDA E IDOLÁTRICA DEL PADRE NUESTRO.

UNA MANIPULACIÓN BURDA E IDOLÁTRICA DEL PADRE NUESTRO. Reflexiones Teológicas Dominicales. 7-septiembre-2014. “El Padrenuestro es insuperable, no puede ser trastocado, porque sencillamente es una oración dirigida a Dios, inventada por el enviado de Dios, su hijo redentor que se hizo hombre”. “la oración por excelencia de los cristianos del mundo entero, proviene de los mismos labios de Nuestro Señor Jesucristo en el Sermón de la Montaña (Mt 6,9-13), y por ello es intocable”. Estas palabras fueron expresadas por Obispos Venezolanos al referirse a una versión tendenciosa e irrespetuosa del Padre Nuestro, que militantes chavistas inventaron como una “oración” del culto al fallecido caudillo, Hugo Chávez. Cabe explicar que el domingo pasado en un taller sobre la ideología socialista que contó con la asistencia del presidente Nicolás Maduro y parte de su tren de gobierno, fue presentada la “Oración del delegado”, en la que le piden al fallecido presidente Hugo Chávez: “No nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía”. Ha generado reacciones en contra, no sólo en el seno de la Iglesia sino de la sociedad venezolana, con lo cual no se descarta que para los próximos días se realicen acciones concretas por este agravio. El Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino, junto a sus obispos auxiliares: Monseñor Jesús González de Zárate, Monseñor Fernando Castro Aguayo, Monseñor Tulio Luis Ramírez Padilla, y Monseñor José de la Trinidad Fernández Angulo, denunciaron la aberrada versión de la oración más conocida del cristianismo, en los siguientes términos: “En estos días se ha dado a conocer una nueva versión de la oración más universal del cristianismo: ´el Padre Nuestro´. Pero “la plegaria se dirige al difunto Presidente Chávez en lugar de a Dios, nuestro Padre Celestial”, acotaron. Explicaron que el Padre Nuestro, De igual manera agregaron las autoridades eclesiásticas: “Así como a nadie se le permitiría cambiar la letra del Himno Nacional para honrar a una persona, tampoco a nadie es lícito cambiar el Padre Nuestro o alguna otra oración cristiana, como el Credo”. Con mucha fuerza exigieron respeto: “los símbolos, oraciones y elementos religiosos católicos se deben respetar”. “Quien dijera esa versión nueva e indebida del Padre Nuestro ateniéndose al texto literal estaría cometiendo el pecado de idolatría, por atribuir a una persona humana cualidades o acciones propias de Dios”. El Arzobispado de Caracas recordó que el “Padre Nuestro” es patrimonio de los cristianos. Añadieron de manera muy categórica: “Los católicos exigimos que se respete el Padre Nuestro”. http://www.aleteia.org/es/politica/articulo/venezuela-los-catolicos-exigen-que-se-respete-el-padre-nuestro-5806431123013632 1.- Esta seudo-oración, a todas luces, es un parafraseo descarado del “Padrenuestro” que es parte de la simbología del cristianismo. El socialismo chavista hace tiempo que usa en forma burda e irrespetuosa algunos símbolos religiosos católicos: imágenes, sin olvidar la ideologización de las creencias religiosas populares, etc. Ahora han inventado esta seudo-oración: "Chávez nuestro que estás en el cielo en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez". 2.- Los que aseguran que la religión es una forma de alienación, han aprendido a utilizar “lo religioso” con fines políticos. Los poderosos siempre han usado toda la estructura que configura la cultura y es especial la religión, para dominar al pueblo. El marxismo o ideologías que se han generado al interior de este pensamiento, no han podido hacer desaparecer lo que califican como “la alienación religiosa”. Han aprendido que se puede usar lo religioso para infiltrarse en el alma del pueblo. Entonces manipulan la fe popular con el apoyo de cómplices y activistas. 3.- En muchos creyentes sinceros, la presencia en la Iglesia de personas que hacen un esfuerzo por configurar un izquierdismo cristiano, les produce desconfianza. Porque ven estas formas de hacer política usando irrespetuosamente lo que ellos respetan y veneran o adoran. Otros católicos se esfuerzan por ser fieles a la concepción cristiana de la política. Dicen no necesitar ser de izquierda para luchar por una nueva sociedad, más justa, solidaria, pluralista, etc. Tolero a los que se definen como cristianos de izquierda, a veces valoro algunos aspectos de sus intenciones y pensamientos; lo mismo hago con personas que se dicen católicos tradicionales o de derecha, etc. Busco siempre un camino equidistante de toda forma de manipulación política de lo religioso, y a la vez siento y creo que es necesario mantener una actitud de diálogo como un valor superior para una sana y recta convivencia ciudadana y eclesial. 4.- Escucho con respeto, tolerancia y buena voluntad a todos los sectores que se puedan encontrar entre los católicos: conservadores, progresistas, moderados, apolíticos, etc. Pero, sin dejar de ser tolerante, siento que hay límites y por lo menos, se hace necesario expresar que no se apoya la utilización de lo religioso. Utilizar lo religioso, es muy diferente a fundar sobre valores cristianos una acción de bien común en la realidad secular o civil. Es diferente, porque estos fundamentos o principios religiosos pueden inspirar la solidaridad, justicia, libertad, etc. manteniendo en forma palpable el respeto por lo sagrado que no se puede reducir a un panfleto político o propaganda ideológica intolerante o burda utilización de símbolos religiosos. 5.- Es cuestionable lo que hacen algunos católicos para calificar de “comunistas” a algunos teólogos o consagrados que buscando una praxis se acercan a los sectores populares y se encuentran con sub-culturas de izquierda con las cuales tienen que dialogar. No es justo generalizar o simplificar desde otra ideología que tampoco es un discernimiento desde la fe, sino es otra utilización seudo-teológica. Lo mismo, es cuestionanable lo que hacen ciertos “católicos” que pre-juiciosamente descalifican todo, repito todo, lo que creen y viven los sectores más conservadores de la Iglesia Católica. Los hechos demuestran que en todos los sectores hay personas sinceras, bien intencionadas y buenas en términos valóricos. La historia de la Iglesia muestra cientos de santos y santas de todas las clases sociales. Todos ellos o ellas, en consecuencia, tenían diferencias culturales, sociales, etc. En lo esencial vivían en comunión con Dios, pero, estaban condicionados por la dinámica social y necesitaban vivir la unidad en la verdad, practicaban la libertad en lo opinable y seguramente, vivieron la tolerancia, prudencia, etc. La Iglesia en realidad no es monolítica. Lo mudable de la vida, genera diferencias legítimas entre los fieles, que no afectan negativamente lo esencial de la fe. Pero, la utilización de lo religioso, es otra cosa, que debe ser cuestionada. 6. Es contradictorio fomentar el ecumenismo, el diálogo inter-religioso y citar al concilio Vaticano II, etc. y ser sectarios o discriminar al interior de la Iglesia y por temas políticos o contingentes. La unidad entre los creyentes es necesaria para renovar la vida intra-eclesial. Bastante superficial ha sido o es la catequesis que no logra hacer tomar conciencia a los católicos de lo que es esencial en la fe y lo que tiene que ser asumido con libertad, respetando la diversidad de opiniones sobre lo político, lo económico, etc. formas diversas de construir lo temporal o secular. Esta es una falencia de fondo. El un trabajo pastoral: lograr una unidad en la verdad, libertad en lo opinable, pero en todo amor, respeto, tolerancia y cooperación, etc. entre los católicos. Otra cosa muy distinta es un uso burdo de lo sagrado. La diversidad en la Iglesia es una realidad que no siempre se sabe asumir. El clasismo, por mencionar un anti-valor, entre los cristianos, es la negación de los valores más esenciales del cristianismo. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

EL LADO OSCURO DE LA ONU Y LA INEXISTENCIA DE UNA COMUNIDAD INTERNACIONAL DEMOCRÁTICA.

Estamos en el siglo XXI y no existe una comunidad internacional, realmente constituida por ciudadanos organizados en sociedades civiles y Estados con poderes proporcionales y soberanos para establecer leyes y situaciones de convivencia internacional justas para todos los pueblos de la tierra. “1.- De la Organización de Naciones Unidas la mayoría de personas tienen la imagen de que sirve para luchar contra la pobreza, los conflictos y la desigualdad en el mundo. Tristemente, y quizá porque forma parte del ser humano, la corrupción y la avaricia están muy latentes en esta organización. Es el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt quien decide la denominación “Naciones Unidas”. Esta expresión se usa por vez primera en enero de 1942, cuando los dignatarios de más de veinte países aprueban la “Declaración de las Naciones Unidas”, que les instaba a continuar combatiendo unidos contra los enemigos comunes. En el año 1945, mandatarios de 50 países se encuentran en la Conferencia de las Naciones Unidas, en San Francisco, para crear la Carta de las Naciones Unidas, que es rubricada en junio del mismo año por los enviados de esos 50 países. Citar como curiosidad que a Polonia le fue imposible acudir a la importante cita, ya que su nuevo gobierno no estaba constituido en esas fechas. Firmaría la Carta cuatro meses más tarde, convirtiéndose en el integrante número 51. Las Naciones Unidas nacen pública y legalmente el 24 de octubre de 1945. Los únicos cinco países que tienen derecho a veto son: China, Estados Unidos, Francia, la Federación Rusa y Reino Unido.Pero la ONU ya empezó con mal pie, con la corrupción y la codicia pisándole los talones. 2.- El terreno donde se pretende levantar el edificio que albergue la sede de la ONU, está en Nueva York y pertenece a la familia Rockefeller. Situado en una zona apartada, donde principalmente se divisan fábricas, y sin ningún valor económico. Pero eso iba a cambiar si se alzaba en aquel lugar una obra tan importante, todo se revalorizaría y lo que no valía nada pasaría a valer miles de dólares. Esa información corre como la pólvora, y muchos altos cargos de las Naciones Unidas compran terrenos en las cercanías de donde iba a situarse el nuevo edificio. Por supuesto, ganaron millones de dólares. 3.- Hay muchos casos terribles que se pueden contar, y uno de ellos es sin duda el de las vacunas contra la malaria que debían curar a los niños ruandeses. De una manera incomprensible no llegaban a su destino, hasta que se descubrió que un alto cargo de la ONU en el Congo las estaba vendiendo en el mercado negro y enriqueciéndose con ello. Este individuo se encontraba amparado por Butros Ghali, diplomático egipcio que fue Secretario General de la ONU entre 1992 y 1996; y Koffi Annan, que también fue Secretario General de Naciones Unidas desde 1997 hasta el año 2006. Es conveniente citar en este punto, que en el año 2001 el señor Annan, junto con la ONU, son reconocidos con el Premio Nobel de la Paz. 4.- Cuando Kofi Annan pasa a ser Secretario General de Naciones Unidas, se le solicita que intente controlar la corrupción que campa a sus anchas dentro de la Organización, pero él desoye totalmente la petición. Sin embargo, en su segundo mandato y ya conocedor de que Estados Unidos no le va a seguir apoyando, lleva a cabo unos tímidos intentos que no llevan a ninguna parte. Y no llegan a ninguna parte porque el señor Annan se ve involucrado de lleno en la corrupción política. 5.- El programa “Petróleo por alimentos” se pone en marcha en 1996 para paliar la falta de alimentos, medicamentos y demás productos de primera necesidad que el pueblo iraquí estaba sufriendo desde la llamada Guerra del Golfo. Las Naciones Unidas consienten en que Irak venda un número determinado de barriles de petróleo, para que con ese dinero les sea posible adquirir medicamentos y alimentos para la población civil. Lo que ocurre es que se sacan más barriles de los que se declaran, barriles que se venden en el mercado negro y cuyos beneficios van a parar una parte a las arcas del gobierno de Saddam Hussein, y la otra a los bolsillos de la persona que hace de mediadora. El sumo escándalo fue cuando se descubre que el hijo y el hermano de Kofi Annan están involucrados en la estafa. 6.- En abril de 1994, un oscuro accidente aéreo acaba con la vida de los presidentes de Burundi y Ruanda. Es la chispa que enciende el polvorín de Ruanda, impulsando la carnicería que se produjo entre hutus y tutsis, y que provocó casi 800.000 muertos. El general canadiense Roméo Dallaire, comandante de las fuerzas de UNAMIR en Ruanda, le remite un telegrama urgente a Kofi Annan, advirtiéndole que han descubierto que los hutus están comprando cantidades ingentes de armas cuya finalidad es acabar con la minoría tutsi, y que su opinión es que hay que pararlos de inmediato. Pero la ONU ignora la advertencia y se cruza de brazos. Más tarde, el señor Annan negaría haber recibido telegrama alguno. Cuando dicho documento salió a la luz y no pudiéndolo ya negar, afirmó que cuando llegó el telegrama él no estaba en Nueva York. Creo que sobra cualquier comentario. El resultado de esa desidia e indiferencia por la vida de los demás del señor Kofi Annan y sus acólitos, fueron 800.000 personas atrozmente asesinadas”. Beatriz Moragues Conclusión: Los Estados nacionales periféricos son sobrepasados por poderes transnacionales y entre los Estados más poderosos, algunos ejercen una forma de poder que es incompatible con una comunidad internacional, que en realidad no funciona, porque no existe. Construir una comunidad internacional democrática es una tarea pendiente. La ONU no está costruyendo un mundo más justo y libre; al contrario es funcional a los intereses imperialistas vigentes y el hecho que solamente algunos poderosos sean los que hacen y deshacen, habla muy mal de la ONU. China, por ejemplo, no sobresale por su defensa de los derechos humanos, es un sistema opresivo con grupos de poder que abusan en nombre de una ideología totalitaria e intolerante. La ONU está cada vez más influenciada por ideologías excluyentes y pierde autoridad moral y civil ante grupos significativos de la población mundial. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

LOS CATÓLICOS QUE VIVEN SU FE EN LA FRONTERA DE LA IGLESIA. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 16 FEBRERO 2014.

LOS CATÓLICOS QUE VIVEN SU FE EN LA FRONTERA DE LA IGLESIA. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 16 FEBRERO 2014. La Iglesia católica (universal) histórica es la manifestación a través de la fraternidad cristiana de la presencia sensible y a la vez trascendente de Cristo después de su resurrección-ascensión. Cristo es la cabeza de la Iglesia que es sacramento universal de salvación y pueblo de Dios. Los signos que realizó Cristo en Palestina los sigue realizando la Iglesia a través de los sacramentos. Los dones y frutos del Espíritu Santo manifiestan siempre la acción redentora de Cristo. La Iglesia es esencialmente una comunidad trinitaria: el Padre, Hijo y Espíritu Santo constituyen su fundamento. Esta comunidad divina es a la vez humana, integrada por creyentes humanos y por lo tanto imperfectos. La fe, esperanza y amor como expresiones existenciales de la vida cristiana se hacen posibles en la Iglesia. La Iglesia por la encarnación del Verbo de Dios es de alguna manera toda la humanidad que se hace plenamente consciente como fe trinitaria confesada en la Iglesia Católica. 1.- La fe nunca podría ser un hecho privado sin consecuencias interpersonales. En esta situación de la experiencia eclesial, se hace presente la ambigüedad humana. Ser cristiano no es ser moralmente perfecto. Reconocerse necesitado de perdón y salvación y, crecer en la vida de la gracia es esencial para ser cristiano. Cristo santifica realmente a los creyentes y los une a la vida de Dios trino. La Iglesia es el ambiente donde la gracia sobreabunda en medio de las imperfecciones y maldades humanas. El mal hiere a la Iglesia, pero no la puede destruir, porque en ella está Cristo que venció todo mal. 2.- Sin destruir a la Iglesia, el egoísmo humano y formas diversas de maldad, dificultan la vida de fraternidad entre sus miembros. Esto es real, como real es la acción del amor y dones que hacen posible la libertad y gozo de los hijos de Dios. Así como desde el Otro podemos tomar conciencia de la voluntad de Dios, también el Otro nos puede limitar, incluso dañar en nuestra vida eclesial. Las formas de autoritarismo y dominación que a veces son muy notorias o aplastantes, hacen muy difícil permanecer en una comunidad donde se ha perdido la caridad fraternal y pastoral. 3.- ¿Puede un pastor abusivo pretender mantener la unidad y evitar que algunos fieles se aparten de los ambientes eclesiales? Cuando los fieles denuncian un abuso grave cometido por un sacerdote o laico a la autoridad que corresponde y esta no atiende con justicia y prudencia esta denuncia ¿está procediendo como un buen pastor? También puede darse una falta de confianza por malos entendidos y muchas personas se pueden apartar de la Iglesia y lo pueden hacer a conciencia, incluso sufriendo, porque sinceramente sienten que hay un abuso o falta grave y deciden alejarse para evitar el mal. En estas situaciones se necesita de la prudencia pastoral y caridad fraternal, para lograr la reconciliación. Esta es una tarea permanente. 4.- Pero la comunidad no la construyen los demás, es desde el amor que yo le pongo a la relación en común donde comienza la unidad que es don pero necesita cultivarse comunitariamente. Cada miembro es responsable de la unidad y basta que uno solo la rompa para afectar toda la vida comunitaria. Este mal puede ser tan grave para la integridad, dignidad y honra que muchos optan por alejarse. El o los que obraron el mal, no tienen autoridad moral para pedir actos heroicos a los afectados que deciden irse. Solamente Dios les puede pedir una paciencia heroica y dar la gracia para perseverar en la comunidad. Pero, muchas veces es mejor buscar otra comunidad cuando existe esta posibilidad. Cuando es el pastor el incomprendido y perseguido, está llamado a perseverar y dar su vida por la Iglesia, es la responsabilidad radical de un pastor fiel que vive en comunión con Dios.. 5.- Miles de personas se han alejado de la Iglesia jerárquica. No parece detenerse este proceso rupturista y es grave. No me refiero a los que han dejado de ser católicos por haber optado libremente por una forma de vida incompatible con el evangelio, perdiendo la capacidad de “reconocer la voz del pastor”. Hay católicos que por causas diversas se han alejado de la Comunidad Eclesial, pero siguen teniendo en sus vidas un fondo de fe. Son la “otras ovejas” que el buen pastor, tan solo él, las puede volver a reunir bajo un solo rebaño. Cristo siempre está presente en su Iglesia y une a los que se dejan guiar por el Espíritu Santo. Juan, 14. “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí.” Juan, 16. “También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor”. 6.- Las divisiones que hoy sufre la Iglesia serán superadas por las personas creyentes de buena voluntad. La buena voluntad es un don de Dios. Se puede vivir en la frontera de la Iglesia, casi fuera de ella, y no perder la comunión que da el bautismo, pero hay que saber escuchar la voz del buen pastor y volver a vivir en plena comunión con los hermanos. Hoy más que nunca se habla de diálogo, es necesario. Todas las formas de diálogo son proféticas y queridas por Dios, pero falta hacer plenamente realidad una de estas formas: el diálogo intra-eclesial, el diálogo interno entre los fieles católicos, entre fieles y pastores. Dialogando, respetando, tolerando incluso, se podrá renovar la Iglesia. El autoritarismo nunca podrá renovar la Iglesia, en realidad la está dividiendo cada vez más. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.

NACEMOS Y MORIMOS PARA VIVIR ETERNAMENTE. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 26 DE ENERO DE 2014.

Para los pocos católicos que leen mi muro. NACEMOS Y MORIMOS PARA VIVIR ETERNAMENTE. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 26 DE ENERO DE 2014. Empezamos a existir sin ser consultados. En el proceso de nuestro crecimiento como personas, descubrimos nuestra conciencia y el drama de nuestra libertad. Somos lo suficientemente libres para no ser meros animales, pero nuestra libertad tiene límites y posibilidades que suponen todo el potencial humano que encierra nuestro ser: razón, inteligencia, afectividad, energía física y mental, etc. Nuestro ser tiene el valor fundamental de la vida, pero por sí mismo queda concentrado en su relatividad existencial marcada por la dualidad del bien y del mal, por el dolor, sufrimiento, angustia, etc. ¿Cuál es el bien? ¿Somos libres para qué? ¿Y la muerte? 1.- Se muere un ser querido y no podemos dejar de sentir dolor y angustia. Su realidad sensible, palpable e individual desaparece. Nada impide que la realidad de la muerte corporal nos toque con dureza. Se detiene un proceso biológico e histórico. Lo histórico no desaparece como lo biológico. Pero, queda atrapado en nuestras lecturas de la vida. En nuestras culpas y banalidades. Recordamos con amor o con resentimiento, incluso con odio a los que murieron. Esta es una experiencia bastante superficial de la muerte como límite de la vida. 2.- La muerte como un aspecto de la vida, tiene un valor trascendental que supera la visión parcial de todo materialismo o positivismo anti-metafísico. Nuestra existencia se hace realidad cada día. Cada día marcamos nuestra radicalidad existencial, nuestra razón de ser-en-el-mundo. No somos seres determinados como entes cibernéticos sin conciencia ni libertad. Nuestra libertad tiene sentido sí existe una trascendencia que no puede ser anulada por un proceso cerebral o económico o material. La libertad realmente entendida y asumida es una huella de Dios en nuestra naturaleza. 3.- Nuestra existencia es histórica. Sus hechos temporales respiran un sentido trascendental. Pero, también nos podemos perder en lo que nos separa de ese sentido. Hoy podemos ser lo contrario de lo que fuimos ayer y terminar siendo seres fatídicos, dejando en el pasado nuestro “olor a santidad”. Sería ilusoria la libertad personal sin tener la posibilidad de optar libremente por lo que nos aleja del plan de Dios. Con responsabilidad tenemos que asumir las consecuencias. Nuestra libertad es respetada por Dios y en democracia sería absurdo que no fuera respetada. Por lo mismo la tolerancia se hace necesaria y también sus justos límites. No todo se puede tolerar o permitir. 4.- La muerte tiene una cualidad ontológica RADICALMENTE positiva: termina por definir nuestra existencia personal, lo que hemos sido y llegamos a ser. Morir es ser lo que somos. Lo que se pudre es el cuerpo, pero no nuestra historia que es inmortal. Nuestra historia no es un conjunto de hechos exteriores a nuestro ser, es la expresión más esencial de lo que somos ahora mismo. Es un presente que asume nuestro pasado con todas nuestras conversiones y correcciones existenciales. Es un presente redimido con todo su pasado y futuro, desde el mismo momento que aceptamos libremente el amor de Dios y nos arrepentimos de nuestros errores voluntarios. 5.- El lado positivo de la muerte es oscurecido por la culpa, el mal cometido y el miedo. No es la experiencia de los hombres y mujeres de Dios que han superado la rebeldía. No deja de ser un dolor muy sensible el morir, en lo personal y en la situación de los demás. Pero, la fuerza del espíritu inmortal o incorrupto que anima la vida de comunión con Dios, que es la eternidad incorporada en el tiempo, hace de la muerte un paso, un nacimiento a la vida eterna. Morir es nacer en la intimidad de la trascendencia divina. 6.- La muerte no termina con la comunicación fraternal. Es nuestro alejamiento de Dios, lo que nos separa de nuestros seres queridos o de los han fallecido. Pero, es una comunicación que se hace posible en el amor de Dios. Fuera de esta comunión es sospechosa o totalmente falsa o engañosa: espiritismo o necromancia. Al morir perdimos los sentidos o lo sensible, pero lo esencial se manifiesta bajo el poder de Dios. ¿Por qué? Porque desde nuestro origen, Dios, podemos comunicarnos libres de todo mal, como reza la oración del Padre Nuestro. 7.- Nuestros seres queridos reunidos con Dios, nos siguen amando, desde la supra-historia se interesan por nuestras vidas que tienen que definirse en la muerte. Esta idea está expresada en apocalipsis 6: 9-11 “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” La santa muerte es un paso necesario para la vida eterna. Como experiencia sensible la muerte es un dolor muy grande; desde la trascendencia de la vida humana, la muerte es lo mejor que le puede pasar a un hombre o mujer buenos o inocentes como son los niños que mueren por miles, por causa del mal humano; pero por sobre este mal, resucitó Cristo para vencerlo y hacer vivir a los muertos más allá de lo tangible y también hacer renacer la vida en medio de la creación restaurada. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.

SE DICE QUE...

El rechazo de la ciudadanía al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo es mayoritario en Chile. ENTONCES HAY QUE REALIZAR UN TRABAJO EN TERRENO, EDUCAR MASIVAMENTE Y REUNIR MILES DE FIRMAS PARA hacer un debate público, pero reducir este tema a enviar cartas a legisladores es una forma de quedarse en palabras y maldiciones. Es seguir con una mentalidad paternalista. Hay que trabajar con la gente...¡Señores Obispos, curas y Monjas y afines: llegó el momento de ser realmente misioneros, de superar la comodidad burguesa clerical...hay que ir a la gente y olfatear el olor a mierda de la marginalidad y el consumismo podrido de las clases medias y el derroche de unos pocos opulentos que viven del sistema...son muy pocos los consagrados que son realmente misioneros y pobres de espíritu!...miles de personas humildes los están contemplando y tienen el juicio de Dios en sus conciencias creyentes...

VOCABULARIO BÍBLICO

VOCABULARIO BÍBLICO “Justificación” Ser justificado es normalmente hacer uno que triunfe su causa sobre la de un adversario, hacer que resplandezca su derecho. Pero no es necesario que esto suceda delante de un tribunal ni que el adversario sea un enemigo. El campo de la justicia es incomparablemente más vasto que el de la ley y hasta que el de las costumbres. Toda relación humana comporta su justicia, su norma propia: respetarla es tratar a cada uno de aquellos con quienes uno está en contacto con el matiz exacto que le conviene, y que no está determinado únicamente al exterior por su gesto en la sociedad y por los gestos que realiza, sino también y más profundamente por su ser mismo, sus dotes y sus necesidades. Ser justo es hallar la actitud exacta que conviene adoptar con cada uno; ser justificado es, en caso de prueba o de debate, demostrar uno no tanto su inocencia cuanto la justeza de todo su comportamiento, es hacer que resplandezca su propia justicia. I. SER JUSTIFICADO DELANTE DE DIOS Querer ser justificado delante de Dios, pretender tener razón contra él parece una cosa impensable; lejos de aventurarse a ello, teme uno sobre todo que Dios mismo tome la iniciativa de una discusión cuyo resultado es de antemano fatal: «No entres en juicio con tu servidor; ningún viviente será justificado delante de ti» Sal 143,2, porque «si tú retienes las faltas,... ¿quién, pues, subsistirá?» Sal 130,3. La sabiduría está en confesar uno su pecado y, en silencio, dejar que Dios haga brillar su justicia: «Tú eres justo cuando juzgas» Sal 51,6. En el fondo, lo extraño no es que el hombre nunca sea justificado delante de Dios, sino más bien que pueda concebir esta idea y que la Biblia no parezca hallarla monstruosa. Job sabe, sí, que «el hombre no puede tener razón contra Dios» Job 9,2, que «él no es un hombre...» y que es «imposible discutir, comparecer juntos en justicia» 9,32; sin embargo, no puede renunciar a «proceder en justicia, consciente de estar en [su] derecho» 13,18s. Una vez que Dios es justo, Job no tiene nada que temer de esta confrontación, en la que «Dios hallaría en su adversario a un hombre recto» y Job «haría triunfar [su] causa» 23,7. En realidad Dios mismo, aun reduciendo a Job al silencio, si bien lo convence de necedad y de ligereza 38,2 40,4, no por eso le quita la razón en el fondo. Y en la fe de Abraham reconoce un gesto por el que el patriarca, aunque no adquiere una ventaja para con él, por lo menos responde exactamente a lo que de él esperaba Gen 15,6. Así pues, el AT plantea la justificación del hombre ante Dios a la vez como una hipótesis irrealizable y como una situación para la que ha sido hecho el hombre. Dios es justo, lo cual quiere decir que nunca le falta la razón y que nadie puede disputar con él Is 29,16 Jer 12,1, pero esto quiere quizá también decir que, sabiendo de qué barro nos ha hecho y para qué comunión nos ha creado, no renuncia, precisamente en nombre de su justicia y por consideración para con la criatura, a hacerla capaz de ser delante de él lo que exactamente debe ser, justa. II. JUSTIFICADOS EN JESUCRISTO Lo que el AT deja quizá presentir, el legalismo judío en que había sido educado el fariseo Pablo creía seguramente, si ya no poderlo alcanzar, por lo menos deber tender a ello: puesto que la ley es la expresión de la voluntad de Dios y la ley está al alcance del hombre Dt 30,11 —en realidad, al alcance de su inteligencia: inteligible y fácil de conocer—, basta que el hombre la observe íntegramente para que pueda presentarse delante de Dios y ser justificado. El error del fariseo está no en este sueño de poder tratar a Dios según la justicia, como merece ser tratado; el error está en la ilusión de creer poder lograrlo por sus propios recursos, en querer sacar de sí mismo la actitud que alcanza a Dios y que Dios espera de nosotros. Esta perversión esencial del corazón que quiere tener «el derecho de gloriarse delante de Dios» Rom 3,27, se traducepor un error fundamental en la interpretación de la alianza, que disocia la ley y las promesas, que ve en la ley el medio de ser justo delante de Dios y olvida que esta misma fidelidad no puede ser sino la obra de Dios, el cumplimiento de su palabra. Ahora bien, Jesucristo fue realmente «el justo» Act 3,14; fue delante de Dios exactamente lo que Dios esperaba, el siervo en el que el Padre pudo al fin complacerse Is 42,1 Mt 3,17; supo «cumplir toda justicia» hasta el fin Mt 3,15 y murió para que Dios fuera glorificado Jn 17,1.4, es decir, apareciera delante del mundo con toda su grandeza y su mérito, digno de todos los sacrificios y capaz de ser amado más que nada Jn 14,30. En esta muerte, que apareció como la de un reprobado Is 53,4 Mt 27,43-46, halló Jesús en realidad su justificación, el reconocimiento por Dios de la obra realizada Jn 16,10, que Dios mismo proclamó resucitándolo y poniéndolo en plena posesión del Espíritu 1Tim 3,16. Pero la resurrección de Jesucristo tiene por fin «nuestra justificación» Rom 4,25. Lo que no podía operar la ley y que, por el contrario, mostraba como categóricamente descartado, es un don que nos hace la gracia de Dios en la redención de Cristo Rom 3,23s. Este don no es un mero «como Si», una condescendencia indulgente por la que Dios, viendo a su Hijo único perfectamente justificado ante él, consintiera en considerarnos como justificados por razón de nuestros vínculos con él. Para designar un simple veredicto de gracia y de absolución no habría empleado san Pablo la palabra justificación, que significa, por el contrario, el reconocimiento positivo del derecho puesto en litigio, la confirmación de la justeza de la posición adoptada. El gesto por el que Dios nos justifica, no lo habría atribuido a su justicia, sino a su pura misericordia. Ahora bien, la verdad es que en Cristo «quiso Dios mostrar su justicia... a fin de ser justo y de justificar a todo el que invoca su fe en Jesús» Rom 3,26. Evidentemente, Dios manifiesta su justicia primero para con su Hijo «entregado por nuestras culpas» Rom 4,25 y que, por su obediencia y su justicia, mereció para una multitud la justificación y la justicia Rom 5,16-19. Pero el que Dios otorgue a Jesucristo merecer nuestra justificación no quiere decir que en atención a él consienta en tratarnos como a justos: esto quiere decir que en Jesucristo nos hace capaces de adoptar la actitud exacta que espera de nosotros, de tratarle como se merece, de darle efectivamente la justicia a que tiene derecho, en una palabra, de ser realmente justificados delante de él. Así Dios es justo consigo mismo, sin rebajar nada del honor y de la gloria a que tiene derecho, y es justo con sus criaturas, a las que concede, por pura gracia, pero por una gracia que las afecta en lo más profundo de ellas mismas, hallar para con él la actitud justa, tratarle como quien es, el Padre, es decir, ser realmente sus hijos Rom 8,14-17 1Jn 3,1s. III. JUSTIFICADOS POR LA FE Esta regeneración interior por la que Dios nos justifica no tiene nada de transformación mágica; se efectúa realmente en nosotros, en nuestros gestos y en nuestras reacciones, pero desposeyéndonos de nuestro apego a nosotros mismos, de nuestra propia gloria Jn 7,18, y ligándonos a Cristo en la fe Rom 3,28ss. En efecto, creer en Jesucristo es reconocer en él al que el Padre ha enviado, es prestar adhesión a sus palabras, es arriesgarlo todo por su reino, es «consentir en perderlo todo... a fin de ganar a Cristo», en sacrificar uno «[su] propia justicia, la que viene de la ley» para recibir «la justicia... que viene de Dios y se apoya en la fe» Flp 3,8s. Creer en Jesucristo es «reconocer el amor que Dios nos tiene» y confesar que «Dios es Amor» 1Jn 4,16, es llegar al centro de su misterio, ser justo.

    Presentación

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