INVITACIÓN

ALEJANDRO VALENZUELA SOTO: UNA POESÍA DESDE LA VIDA.

ALEJANDRO VALENZUELA SOTO: UNA POESÍA DESDE LA VIDA. Hablar de Alejandro es para mí, hablar de una persona de carne, hueso y espíritu. Fue mi profesor de inglés en la Escuela Agrícola de los Salesianos de Linares en los años 1978-1979. Era el profesor que siempre nos animaba y nos hacía sentir que estudiar era algo importante y necesario a pesar de todo. Esto lo transmitía con una actitud vital. En ese tiempo transitaba por la ciudad en una vieja bicicleta, que podría haber sido el caballo del Quijote de la Mancha. Por problemas de salud no pude seguir estudiando en esos años. En 1987 me volví a encontrar con él en la Escuela San Miguel, cuando era feje de la U.T.P. me enseñó a usar unas figuras literaria en mis poemas. Aún guardo un viejo cuaderno con esas lecciones literarias. Después de la dolorosa muerte de mi padre me volví a encontrar con este reconocido formador de profesores y agentes pastorales, en el Monasterio de la Piedra Blanca de Linares. (1991-1999). Me entregó junto a la Hermana Isabel (Hermana Isabelle Vrancken V.), una formación espiritual-teológica-pastoral. En algunos momentos de mi vida hizo las veces de un padre, que ya no tenía, me apoyó para terminar mi enseñanza media, incluso me dio trabajo y aconsejó; creo que también se molestó cuando no lo escuché en algunos casos. Se produjo una distancia que nos separó. Pero nunca olvidé su buena intención y apoyo. Podría decir de él, que es un hombre bien intencionado, bueno por dentro y con sentido de lo superior, de lo bello, de lo justo, de lo eterno y de lo divino. Un educador por vocación. Me volví a encontrar con él, hace unos meses, en la casa de la cultura, en un recital poético. Tiene más años. Pero es el mismo maestro de siempre. Es una persona a quién no tan solo respeto, sobre todo estimo. Me agrada decirle Profesor. Todos, necesitamos tener referencias vitales, tener a quien poder decirle: “usted tiene algo de paternidad que me ha marcado y puedo sentir que al hablar de quien soy o donde puedo encontrar alguna huella de mi origen, usted está allí, al menos para decirme por aquí pasaste”…Alejandro Valenzuela, es una referencia para mí, un formador, un educador, un testigo de un sentido divino…Este hombre, es un poeta, es decir un visionario de lo esencial de la vida, un contemplador de las líneas vitales de la historia cotidiana y de la gran historia de los pueblos. Un motivador vital de los que encuentra en su camino. Pues bien, en este cuarto encuentro con Alejandro, me motivó para que publicara mis poemas. Nadie lo había hecho, al contrario…Tengo en imprenta mi primer libro de poesía y ensayo esperando poder presentarlo a la comunidad y él, Alejandro Valenzuela, este miércoles 17 de octubre a las 19: 30 hrs. hará el lanzamiento de su libro “A Pesar de los Pesares” en la Casa de la Cultura de Linares. No podía hacer un comentario de este libro de poemas de Alejandro, sin esta introducción. Porque la crítica literaria de esta obra tendrá su tiempo y sus críticos literarios y lo que puedo decir de estas letras líricas es fruto de una “clave hermenéutica” que no está escrita en ningún libro de teoría literaria, es lo que conozco personalmente de su autor. De su poema “Ganarás el pan…con la sangre de tus manos”, puedo decir que es vivencial… “Despedregando campos, limpiando largos canales llovidos y sobretodo helados…y en mis manos, en mis uñas, ¡sangre!... ¡varios meses sin pago! Sobre todo en el alma-¡Hambre! Una rabia embrutecida y un mirar a lo alto”... emanan de estos versos dramáticos una experiencia extrema de dolor, de explotación, generadora de una conciencia social y política posterior. Este dolor, lo hizo solidario, lo impulsó a ser un luchador social. Pero, no podía estar ausente su madre…la madre nutre el “corazón de una conciencia social”, pone una piel que no tienen las ideologías, nos hace más humanos en nuestras luchas… “Con tu silencioso arrullo las palabras se hacen carne, proyectos, sueños y también realidades” (del poema: “ Ruah! o Madre”). Sospecho que en este recuerdo de su madre, siempre estuvo oculta una chispa divina de su fe en Dios. Hoy es un Diácono permanente. Al seguir leyendo su poesía multifacética, inteligente y sensible a la vez, me encuentro con el sentido del humor característico de Alejandro, que no lo hace frívolo porque nunca pierde “el respeto que siente por la vida” que aprendió a valorar en la fragua del dolor y en la esperanza que asimiló de su “madre-ignorante-sabia y creyente”. “La poto bonito” nombre clásico que no admite relectura. Realismo absolutamente chilensis. ¡Sin frescura! (Poema: Negocio de Campo). Su poesía tiene un sentido social-ético: “Cuando digas falsedades muerde tu lengua: es mejor al decir lesas blasfemias córtala, hombre, por favor. Cuidado con nuestra lengua sin hueso, mojada está cual casa de jabonero ¡qué fácil es resbalar! Los placeres, como el humo algunos dicen, se van: primero nos dejan ciegos y después, sufrir, llorar. Amigo, amigo de mi alma ¡Qué! ¿Te vas a condenar? No seas tan mentiroso ama a todos, vive en paz” (Poema: Métrica). Hay versos metafísico-existenciales: “Fastidio de sufrir la vida. Fastidio de sufrir la muerte. Miradas de esperanza con la esperanza de ver, por suerte. Miedo a lo desconocido, a la oscuridad, a la luz. ¿Alivio en la total entrega?...” (Del poema: Agonías. (A Miguel de Unamuno). Versos proverbiales: “El sufrimiento es al hombre como la poda al árbol”. Poema: “Resignación con Perspectiva”. Poemas místico-contemplativos: “Canal, reguero, río, estero, lago, sol, estrellas, cielo, árboles, prados y flores. Cantar de pajarillos maravillosa atmósfera al alma más que al pulmón. Paz, voz que me susurra y acaricia… ¡creación! Segundo Evangelio de mi Dios”. (Poema: Creación). “Conversar con los pájaros, hablarle en otro idioma o en silencio a los bebés, charlar con la naturaleza, con las mascotas, escuchar el murmullo de la creación adultez, maduración” (Poema: Adultez). Creo que a Linares le hará bien encontrarse con la poesía de Alejandro Valenzuela y más aún, creo que un mundo nuevo está germinando en la esencia de sus versos. Pero, hay que decirlo, “las profundidades de una palabra” solamente la pueden leer los que a su vez tienen un alma que peregrina por la profundidad del ser. MARIO ANDRÉS DÍAZ MOLINA: Estudiante en Práctica Profesional de 5° año de Pedagogía en Religión y Filosofía de la Universidad Católica del Maule. Colectivo Cultural Jorge Yáñez Olave.

    Presentación

    En nuestro país, el grupo Edwards y COPESA son los conglomerados con mayor cantidad de medios de comunicación. La información que recibimos día a día a través de la televisión, los periódicos y las principales revistas forman nuestra manera de ver e interpretar el mundo que nos rodea desde con marcados elementos ideológicos, de los cuales ni siquiera nos damos cuenta.

    Desde esta perspectiva, generar espacios para compartir aquello que nos des-alinea y nos des-aliena de la cultura y la ideología oficial, constituye una necesidad para aquellos que aspiramos a construir una "realidad" diferente, basada en valores humanistas, centrados en la solidaridad y que acogen la potencialidad creativa que existe en cada uno de nosotros.

    El objetivo de esta página web es, precisamente, constituirse como un medio de comunicación y de expresión generado por personas comunes y corrientes, pero que buscan conectarse con lo grande que hay dentro de ellas mismas y entregarlo a los demás a través de la palabra escrita.