¿Qué es la Patria? O ¿Quién es la patria? y ¿la Matria?

Decir que nadie es la Patria porque todos son la Patria, es jugar con palabras o con la retórica y tal vez, hacer descender de un mundo etéreo una idea de Patria, como si no pudiéramos construirla desde lo tangible o desde lo que está situado. Podemos dejar que la poesía juegue con las figuras y estimule las emociones y comprobar que nosotros somos la Patria y la Matria. ¿Por qué solo se habla de Padres de la Patria? ¿y las Madres de la Patria? 1.- Empecemos a pensar y contemplar la Patria y Matria, con una Oda escrita por Jorge Luis Borges, (famoso escritor argentino) escrita en 1966. “Nadie es la patria. Ni siquiera el jinete que, alto en el alba de una plaza desierta, rige un corcel de bronce por el tiempo, ni los otros que miran desde el mármol, ni los que prodigaron su bélica ceniza por los campos de América o dejaron un verso o una hazaña o la memoria de una vida cabal en el justo ejercicio de los días. Nadie es la patria. Ni siquiera los símbolos. Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo cargado de batallas, de espadas y de éxodos y de la lenta población de regiones que lindan con la aurora y el ocaso, y de rostros que van envejeciendo en los espejos que se empañan y de sufridas agonías anónimas que duran hasta el alba y de la telaraña de la lluvia sobre negros jardines. La patria, amigos, es un acto perpetuo como el perpetuo mundo. (Si el Eterno Espectador dejara de soñarnos un solo instante, nos fulminaría, blanco y brusco relámpago, Su olvido.) Nadie es la patria, pero todos debemos ser dignos del antiguo juramento que prestaron aquellos caballeros de ser lo que ignoraban, argentinos, de ser lo que serían por el hecho de haber jurado en esa vieja casa. Somos el porvenir de esos varones, la justificación de aquellos muertos; nuestro deber es la gloriosa carga que a nuestra sombra legan esas sombras que debemos salvar. Nadie es la patria, pero todos lo somos. Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso”. Todos somos la Patria termina diciendo este hombre de letras. Y nosotros somos seres concretos, de carne, sangre y huesos. Con problemas, necesidades y anhelos y ocultos deseos, a veces poco honestos. Pero, incluso así, somos la Patria y Matria. 2.- No podemos volver a inventar la pólvora. Hay cosas que ya fueron hechas o dichas y si han sido olvidadas, y son valiosas o necesarias en algún sentido, deben ser rescatadas del olvido y validadas en un nuevo momento histórico. Citamos un documento, elaborado por un partido político chileno, que como otros partidos e instituciones, sufre la pérdida de confianza y apoyo de parte de no pocos ciudadanos, enviado a todos los chilenos y chilenas, en el año 1977, decía en el inicio de su texto: “El Partido Demócrata Cristiano, de Chile profesa el humanismo como base de su acción. Cuando actúa o cuando expresa sus opiniones se atiene a la noción universal de los derechos humanos. Así como respeta a los demás, exige también que se respeten sus propios derechos. Estos consisten en la libertad de conciencia, de expresión, de asociación, de participación en la marcha del país. Nos interesa nuestra patria. No podemos renunciar a esa vocación y jamás lo haremos. La Constitución de la República y los compromisos de Chile ante las naciones del mundo garantizan esos mismos derechos. Toda imposición en contrario infringe valores inherentes a la persona humana. Cuando enviamos a nuestros compatriotas este mensaje, nos apoyamos en tales profundas e inalienables convicciones”. Una Patria para Todos. 06 de octubre de 1977. Se lee claramente: “Así como respeta a los demás, (PDC) exige también que se respeten sus propios derechos”. Esta afirmación no se queda sin ser fundamentada y es uno de los núcleos de este manifiesto político. Vivíamos otros tiempos. Pero, el pasado nunca será lo mismo que la nada y nos sigue tocando en el presente. Hoy, nuestra patria, que somos nosotros mismos y nuestra circunstancia histórica, nuestro paisaje nacional, nuestro drama existencial cotidiano, necesita respuestas bien intencionadas y concretas a problemas que son o se hacen palpables y que necesitan soluciones, en algunos casos muy urgentes y sin dar demasiadas razones, podemos decir que si protestamos, o desconfiamos o criticamos o cuestionamos o discrepamos o concordamos, por último, con los que tienen poder para encauzar estas soluciones es porque: “Nos interesa nuestra patria”. No necesitamos ser tecnócratas o diputados o ministros, etc. para tener derecho a opinar sobre los problemas que hoy aquejan a Chile. Porque, los conocemos en “carne propia”, los sufrimos todos los días, les conocemos el olor y el sabor amargo. Somos la Patria y Matria, somos el pueblo de Chile. 3.- La unidad de todos los chilenos y chilenas, será siempre necesaria para hacer posible la realización de un proyecto nacional. Pero, esto requiere que todos los sectores tengan asegurado el derecho a sus identidades, valores y creencias y sean representados por líderes que sean auténticos y que no tengan intereses por sobre la gente que los eligió, atropellando valores, creencias y tradiciones voluntariamente conservadas en medio de la diversidad. Una persona que rechaza el aborto tiene derecho a tener líderes pro-vida, por dar un ejemplo, muy actual. Esto parecía muy claro en el pasado. Citamos nuevamente este documento: “Pensamos que un modelo constitucional, fundado en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, proporciona la base ideológica indispensable. Allí están desarrollados los derechos fundamentales y, al mismo tiempo, los casos en que ellos pueden ser lícitamente restringidos o suspendidos. Por tratarse de una estructura jurídico-política con un valor teórico y práctico, el régimen chileno quedará fuera de sospecha. No será posible decir que permite la infiltración de ideologías anti democráticas, ni autorizara a usar, contra los disidentes, métodos inhumanos, bajo pretexto de seguridad nacional o cualquier otro. Asimismo, quedará expedito el campo para el desarrollo de los derechos sociales y económicos, cuya presencia de los derechos sociales y económicos, cuya presencia es indispensable para dar a la democracia un sentido integral. Las diversas escuelas de pensamiento social tendrán la oportunidad de concurrir a precisar las soluciones concretas que el país necesite sobre la misma base de la realidad anterior y de la necesidad angustiosa de una leal convivencia. El respeto a los derechos de la persona, en su significación universal, habrá de ser la norma básica de la vida chilena en el futuro”. Una Patria para Todos. 06 de octubre de 1977. Conclusión: La Patria no es un pretexto para embriagarse, o para justificar sacrificios económicos del pueblo y pagar con el dinero de todos, la deuda de grupos económicos quebrados, o enviar a las nuevas generaciones a una guerra que en realidad sólo beneficia a los más ricos y poderosos, que ocultan sus intereses detrás del amor a la Patria. Ese patrioterismo alienante, no es un “amor a la Patria”. El patriotismo que emerge del pueblo es un amor a la justicia, a la libertad, a la solidaridad, etc. que se refleja en la lucha de liberación que busca la superación de toda opresión y discriminación que sufre el pueblo en su totalidad. La Patria somos todos. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule

EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA.

Reflexiones Teológicas Dominicales. 22-marzo-2015. Está universalmente demostrado que todo grupo religioso necesita de una autoridad para la defensa, conservación e interpretación de la propia doctrina. En el caso del cristianismo, la Palabra de Dios, constituye un patrimonio que no puede ser manipulado ni interpretado de cualquier manera. La Iglesia es un Sacramento de Salvación y tiene como deber y misión transmitir la Enseñanza de Jesús, de forma autentica y sin deformaciones. Por otro lado, la Biblia, al tener una estructura histórica o cultural diferente a los cánones sociales de nuestro tiempo, necesita ser interpretada. Hay muchos temas morales, económicos, técnicos, etc. que no están presentes en el mundo bíblico, esto hace necesario que la Biblia sea interpretada siguiendo la orientación esencial de su mensaje que es lo permanente. 1.- La obediencia al Magisterio se hace necesaria por estas razones mencionadas, en la medida que este Magisterio está constituido por personas que se dedican en forma especial a estudiar y comprender las fuentes y de esta manera asegurar que no se traicione la identidad misma del cristianismo. Frente a esta necesidad de un Magisterio se pueden dar diferentes posiciones: Una que cae en el inmovilismo negando el desarrollo, que ciertamente se da en la interpretación de las fuentes, cayendo en una actitud cerrada frente a este desarrollo de la verdad revelada. Otro extremo, es caer en un subjetivismo que desvaloriza la función de los Pastores. La actitud prudente parece ser la intermedia: Mantener la fidelidad al Magisterio y hacer una relectura del dato revelado, desde las nuevas situaciones que se presentan. 2.- Tradicionalmente, se ha sostenido que la Enseñanza de la Iglesia, se da en tres formas de declaraciones magisteriales; La primera, sería una Declaración infalible que requiere del asentimiento de la fe. La segunda, sería una Declaración necesaria, para entender la doctrina revelada y que requiere de una aceptación, obediencia y docilidad a pesar de que lo presentado no es definitivo. La tercera, Declaración seria propositiva, que también requiere ser respetada y valorada por los fieles. 3.- Se han intentado nuevas formas de “revelación” del Magisterio, pero la doctrina del Concilio Vaticano II, llama a una religiosa sumisión ante los pronunciamientos del Magisterio. Se ha planteado una relación respetuosa entre la teología y el Magisterio. Los teólogos tienen como función profundizar en las verdades de la fe, sin perder el vínculo con la Sagrada Escritura y la Tradición permanente de la Iglesia. Manteniendo este respeto, los teólogos están llamados a encontrar nuevas vertientes de la verdad revelada, incluso plantear nuevas propuestas teológicas que ayuden a comprender mejor la doctrina y la moral cristiana. Este trabajo de exploración y profundización de la verdad revelada, son propuestas que son presentadas a la Iglesia, para que sean corregidas o ampliadas en un diálogo fraterno, hasta que puedan ser asimiladas por toda la Iglesia. En esta dinámica teólogos y pastores no han de faltar los conflictos. 4.- Los pastores buscan transmitir y conservar la verdad. Los teólogos buscan más bien explicar y justificar la verdad. En esto se da muchas veces un conflicto no menor, que tensiona las relaciones con el Magisterio. Pero, el teólogo católico tiene la confianza de que tarde o temprano, sus aportes serán asimilados por la Iglesia en la medida que sean válidos y tengan consistencia. Por otra parte, se puede dar un “disentimiento respetuoso”. El pluralismo de opiniones es lícito y necesario, sin caer en la postura extrema de considerar que la propia posición es la única verdadera y ortodoxa. Estas opiniones se dan en unas condiciones básicas y fundamentales, para escuchar obedientemente al Magisterio: La primera, es superar la excesiva desafección hacia la Iglesia. La segunda, condición, sería el conocimiento de la doctrina presentada por el Magisterio. Se hace demasiadas veces, una lectura parcial y superficial de las declaraciones que la Iglesia propone sobre una determinada materia. No es prudente y sensato quedarse exclusivamente en el propio juicio. Nuestras propuestas deben ser razonables y comprensibles, cuando las presentamos a la Iglesia. En realidad, este proceso de diálogo fraternal con los Pastores nunca termina por afianzarse. Siempre habrá tenciones, pero, si realmente vivimos el amor de Dios, encontraremos maneras de mantener nuestra adhesión fraternal al Magisterio de la Iglesia y nuestra fidelidad al divino depósito de la fe. Conclusión: Nuestra adhesión es a la Enseñanza de Cristo. La humildad es necesaria, no como una forma de sumisión acrítica, sino, porque en las verdades reveladas no tenemos para comprobarlas, la inmediatez que puede tener a veces, el método científico, que se “objetiviza” y se hace observable exteriormente; en cambio el discernimiento y asimilación de las consecuencias de una verdad espiritual revelada o principio moral, supone un proceso a veces más o menos largo. Por lo mismo, toda verdad religiosa y caso de conciencia, que están siendo discernido o analizado, requiere de un tiempo y un contexto no tan sólo de racionalidad, sino también de oración o comunicación con la fuente de la verdad absoluta: Dios. Un teólogo, no es tan sólo un pensador crítico y metódico, es también un creyente. El resultado de este proceso de investigación, son las propuestas reflexivas, a veces inter-disciplinarias, que se dan a conocer al pueblo creyente y al Magisterio, para iniciar un diálogo fraternal. A conciencia se puede discrepar o disentir respetuosamente con algunas declaraciones o disposiciones del Magisterio. Esto a veces, es una necesidad de algunos creyentes o teólogos y los Pastores, son eso Pastores, y con caridad mutua, tienen que abordar con una prudente urgencia las discrepancias que se presentan. Hoy, esto se siente como un derecho, que supone paralelamente un deber; es decir, como creyentes tenemos derecho a expresar lo que de buena voluntad, hemos discernido sobre un tema puntual y tenemos el deber de escuchar y apreciar la respuesta del Magisterio legítimo de la Iglesia. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

El lastre de Karadima que está dañando la credibilidad y unidad de la Iglesia Chilena.

Lamentablemente, el Cardenal Ricardo Ezzati, gestionó muy mal los casos de abusos que le tocó abordar como pastor y no supo apoyar a las víctimas. Más bien es una autoridad vertical y hace retroceder a una forma de Iglesia controlada por grupos de poder. (Suponiendo que estábamos transitando a una Iglesia más inclusiva, con un laicado más activo, respetado por el Clero). Y lo peor, no asume que no es un hombre de unidad. Pareciera que todo lo negativo que lo está rodeando, se lo atribuye a un ataque contrario a su persona que es más bien ideológico. Sin negar, que siempre se está atacando a la Iglesia, desde un secularismo agresivo o un laicismo trasnochado, los hombres de Iglesia son legítimamente cuestionados, desde criterios éticos y pastorales; porque cometen errores o no han sabido asumir algunas situaciones internas y a la vez públicas, que han afectado a la institución eclesiástica y a personas de carne y hueso. 1.- El caso Karadima, está latente. Pensar que se terminó su efecto negativo sobre la Iglesia chilena es no ver lo que está pasando ahora mismo. Es una señal muy dañina que este abusador, viva en un ambiente más bien confortable y no en una cárcel, como fue el caso del cura tato. ¿Cómo se está “leyendo” este supuesto castigo “envuelto en seda” que se le aplicó a este abusador sexual, que para algunos de sus discípulos que ocupan puestos eclesiásticos, fue calumniado, como lo expresan en sus cartas de apoyo? Llegó el juicio del Vaticano que lo condenó, pero, pretender que por “decreto” estos defensores de Karadima, experimentaron un cambio de conciencia y volvieron atrás en el tiempo y cambiaron la historia y todo lo que dijeron que vieron o no vieron o vivieron, en este caso, quedó en nada y ahora son testigos de los abusos de Karadima, porque un poder vertical los obliga, es una falta de respeto a la inteligencia de las personas. La desconfianza está presente. 2.- En tiempos de los apóstoles, después de la resurrección-ascensión de Jesucristo, la Iglesia fue perseguida por las autoridades judías y por el imperio romano. Pero, no todo el mal que afectaba a los cristianos venía del “mundo”. Entre los mismos creyentes se dieron conflictos. Entre estos, el fundamentalismo de los judaizantes, que intentaron imponer costumbres judías, a los cristianos que venían de la gentilidad y que no tenían una relación directa con la fe cristiana. San Pablo, intervino enérgicamente, para corregir este exceso, que la gente seguramente, veía como una contradicción y muchos no pudieron ver con claridad la novedad cristiana y se alejaban de la posibilidad de una conversión a Cristo. La oportuna intervención de San Pablo impidió que la Iglesia se transformara en una secta judía. ¿Cuál es la lección de este hecho para nuestro tiempo? Tal vez la más importante: en la Iglesia se cometen errores que la dañan ante las personas que necesitan confiar en esta institución, para encontrarse con Cristo. No es honesto que la gente religiosa o líderes eclesiásticos, pretendan culpar al “mundo” o a la maldad de supuestos enemigos de la fe católica de la decadencia de la Iglesia. Es como culpar al demonio de los pecados personales o colectivos. En la Iglesia se cometen errores, a veces graves, y esto repercute en su llegada a la gente, en su credibilidad. 3.- En Chile, mucha gente dice que es católica y no pocos, dicen que han dejado de serlo o se han alejado de la Iglesia, sin dejar de decir, que son católicos, pero han perdido la confianza en los pastores y no se sienten acogidos ni respetados en los ambientes eclesiales. Esto se hace más manifiesto, en casos puntuales, como es el caso del Obispo Barros. Este religioso es acusado directamente por víctimas de Karadima, como cómplice. La desconfianza, por este caso, se propaga entre muchos laicos y consagrados y, esto producirá un grave daño a la unidad de los católicos chilenos. El apoyo de la Conferencia Episcopal de Chile al Obispo Barros, se agrega a este clima de desconfianza. Ignora al pueblo creyente y esto, para una sociedad que intenta ser democrática o una Iglesia que dice ser una comunidad fraternal, ¿no es un grave retroceso y no traiciona los principios que impulsó el Concilio Vaticano ll? Mencionan la obediencia al Papa Francisco. Es dudoso que el Papa esté bien informado de este caso. Lamento, que el Papa aparezca involucrado en esta situación que dividirá a los católicos chilenos y demuestra que hay grupos de poder en el Clero. La Iglesia como comunidad de todos los fieles es más teoría que realidad. Muy lamentable. 4.- Los laicos católicos chilenos no tienen una unidad orgánica, están dispersos en miles de grupos parroquiales, comunidades piadosas, movimientos, capillas, etc. a veces muy cerrados o pietistas, que se pierden en una masa, más individualista que comunitaria. No hay un liderazgo que los una y organice para, afrontar, entre otras cosas, los problemas valóricos, que cierto secularismo agresivo está instalando en el espacio público. Algunos se ocultan, detrás de hechos gloriosos del pasado. ¡Es hoy, cuando necesitamos una Iglesia con vitalidad espiritual y pastoral, para asumir la nueva situación que está viviendo el país! Esto lo ven personas, que están más afuera, que adentro de la Iglesia. Para ciertos “piadosos católicos” es muy difícil la auto-crítica, culpan al “mundo” de la decadencia de la Iglesia. Conclusión: La Iglesia se construye con todos los católicos, se escucha a toda la comunidad, a los laicos, no sólo al Clero o es una falsedad hablar de una Iglesia fraternal. Se tienen que desarticular los grupos de poder al interior de la Iglesia o tendremos que seguir lamentando el alejamiento de muchos laicos, hastiados del secretismo, redes de protección de abusadores, del clasismo en algunos sectores del Clero, en escuelas católicas, Universidades, Centros de salud que cobran millones que personas humildes no pueden pagar, etc. La crisis de credibilidad de la Iglesia, no se tapa con el Papa Francisco, menos ahora cuando, lo han involucrado, seguramente sin saberlo él, en un caso que divide a los católicos chilenos. Amamos a la Iglesia, pero también queremos que esta Iglesia sea más fraternal, comunitaria, con miles de laicos unidos orgánicamente y no fragmentados en grupos, bajo una dominación que infantiliza a los fieles, porque es más cómodo, para cierto clericalismo que aún sobrevive, y es un claro retroceso que contradice el espíritu renovador del Concilio Vaticano II. ¡Necesitamos que nuestra Iglesia sea más inclusiva y más fraternal! Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

Obispo Oscar Romero: una teología de la Liberación desde los pobres que caminan con Dios.

Obispo Oscar Romero: una teología de la Liberación desde los pobres que caminan con Dios. Reflexiones Teológicas Dominicales. 22-febrero-2015. Lo importante, es que con el reconocimiento de Romero, se rescatará algo clave, para los cristianos latinoamericanos: la liberación, como praxis cristiana intrínsecamente bíblica, que por sí misma supone una teología pastoral y laical-cristiana, libre de una utilización ideológica sectaria y anti-pluralista. La lucha de clases, reconocida desde las primeras encíclicas sociales, no se tapa con palabras pacifistas, como lo hacen los promotores del neo-liberalismo que sacrifica a millones de personas, para mantener en el poder económico a una minoría; ni se fomenta con el odio y la violencia exacerbados, o la desconstrucción cultural que “desfigura ideológicamente” el cristianismo, como lo hacen los que se presentan como del otro extremo, justificando la exclusión de otras iniciativas liberadoras, y están atrapados en un materialismo que hasta el momento ha terminado generando sistemas opresivos. Tomar conciencia de la opresión de una clase dominante sobre los pobres, para un cristiano consecuente, es ubicar el mal que se comete contra los débiles y buscar una alternativa a la injusticia. Oscar Romero, optó por los pobres y marginados y era muy lúcido para denunciar y proponer hechos concretos de liberación y justicia. 1.- El secretario de Óscar Romero, Mons. Jesús Delgado, habla del futuro beato, al que conoció muy de cerca gracias a su trabajo. Los teólogos de la liberación visitaban a Mons. Óscar Romero y le dejaban sus libros, pero nunca los abrió, él estaba adherido a la doctrina de la Iglesia, afirmó Mons. Jesús Delgado, secretario del futuro beato, quien indicó además que el entonces Arzobispo de San Salvador “se vio jalado de un lado y de otro”, pues también la “izquierda” lo amenazó de muerte. En declaraciones a ACI Prensa, Mons. Delgado señaló que el asesinato del Arzobispo salvadoreño, ocurrido el 24 de marzo de 1980, “fue la oposición a una predicación que él hizo y que es la que Iglesia pide a todos: la conversión a Jesús, a un encuentro personal con Jesús”. Mons. Romero “pidió con el Concilio Vaticano II un encuentro personal con Cristo Jesús, lo cual implicó una opción preferencial por los pobres porque Jesús optó por los pobres para salvarnos a todos”. En ese sentido, el secretario personal abordó la presunta relación que durante años se quiso establecer entre Mons. Romero y la teología de la liberación: “cuando escribí su vida fui a revisar su biblioteca. Evidentemente, los teólogos de la liberación siempre que lo visitaban le dejaban un libro, sus libros”. “Los vi, estaban puros e inmaculados, nunca los abrió, nunca jamás, ni los leyó, ni los consultó nunca. En cambio todos los libros de los padres de la Iglesia estaban manoseados por aquí y por allá, eran la fuente de su inspiración”, afirmó Mons. Delgado. 2.- En ese sentido, aseguró que “Mons. Romero de la Teología de la Liberación no supo nada, no quiso informarse de eso, él estaba adherido fielmente a la Iglesia Católica y sobre todo a la doctrina de los Papas”. “Se fue abriendo el camino con el Evangelio a una teología de Dios presente en los pobres, que podíamos llamarlo así: ‘Dios presente viviendo con los pobres y caminando con los pobres’”, aseguró Mons. Delgado. El Prelado explicó que “este punto fue el que no lograron entender sus amigos de familias ricas en ese momento, y no es que no quisieran entender, es que estábamos en ese momento enfrascados en una lucha entre la Unión Soviética y los Estados Unidos”. Así pues, “la figura de Mons. Romero se vio jalada de un lado y de otro, y él quería permanecer y permaneció siempre en el mismo camino: predicar la palabra de Dios y llamarnos a todos a una conversión a Cristo y con Cristo a la gente más pobre”. En ese sentido, indicó que “la izquierda que se apoyaba en Mons. Romero, se apoyaba en él para sus fines, lo amenazaron de muerte porque bendijo, dicen ellos, el golpe de Estado y la reforma agraria que proponía el golpe de estado en 1979”. Por ello, “le declararon amante del reformismo y no de la revolución y le declararon la pena de muerte”, expresó. En esta situación, “la Navidad de 1979 la vivió bajo el miedo de los fuegos que lo amenazaban por parte de la derecha y la izquierda”. “Fue asesinado el 24 de marzo y yo siempre digo que cualquiera de los dos podía haberle matado, tanto la izquierda como la derecha. Le tenían odio por una u otra razón. Después, la Comisión de la Verdad demostró que fue la derecha la que lo mató”, indicó. 3.- Explicó que “el problema es delicado porque la izquierda lo tomó como bandera de batalla. Dijeron: ‘nuestro es San Romero’. Evidentemente la derecha levantó el grito y ya ven cómo lo usan porque ellos son los que lo arrastraron con él y lo ideologizaron, lo manipularon, los jesuitas lo manipularon, la izquierda lo manipuló, era un hombre que perdió su libertad, se volvió ‘loco’ y todo eso llegaba aquí como documentación de la extrema derecha”. Sobre por qué durante años llegaron informes negativos a la Santa Sede acerca de la figura del futuro beato, su secretario explica que entonces “las noticias que llegaban eran negativas y los Papas, que no conocían bien la situación latinoamericana, guardaban mucha prudencia frente a esto”. “Gracias a Dios ha llegado un Papa que conoce muy bien esta situación latinoamericana y se desbloqueó todo, ahí se abrió camino la justicia y la verdad”, subraya Mons. Jesús Delgado Acevedo. Comentario: Este testimonio, es muy importante, porque viene de una persona muy cercana al Obispo mártir. Es curioso, que personas que atacan a la Iglesia y sueñan con destruirla y sobre todo, piensan y viven oponiéndose a valores cristianos centrales, pretendan utilizar a este Obispo, que era más bien moderado y no un exaltado promotor del enfrentamiento violento contra los opresores. Por otro lado, el “reinado del pre-juicio anti-liberacionista” que promueven los que sospechan de toda búsqueda de mayor justicia, libertad, bienestar, etc. para los pobres, tendrá un desmentido concreto. Otra cosa es discernir y diferenciar la liberación como actitud moral-solidaria y cuestionar, su uso ideológico, que anula los valores cristianos, sometiéndolos a la supremacía del enfrentamiento y exacerbación violenta del conflicto social-político-económico-cultural o destruye por dentro la cultura cristiana. Conclusión: A pesar de todo la Teología de la Liberación, sigue desarrollándose en la Iglesia católica y en otras Iglesias hermanas. Nunca ha sido condenada como tal por ningún Papa, pero se cuestionó el uso de cierto análisis social que al no estar completamente separado de sus supuesto ideológicos, podía anular el mensaje central del evangelio que anuncia el amor, reconciliación, la trascendencia, etc., Algunos entendieron esta teología como socialismo, o una lucha de clases promovida como enfrentamiento y conflicto inevitable, que suponía la aniquilación de un sector de la sociedad, etc. Hoy, no faltan grupos que asocian la liberación con una desconstrucción cultural anti-cristiana o que “desfigura ideológicamente” el cristianismo. (Gramsci). Pero, la teología de la liberación nunca ha sido monolítica y tiene varias vertientes. Personalmente, me identifico con una de estas vertientes, desde hace muchos años y vivo mi fe como un católico latinoamericano. La liberación es clave en el tercer mundo, en África, Asia, etc. Me interesa cultivar una teología desde los pobres que caminan con Dios y espero que los teólogos de la liberación, especialmente los más lúcidos y que no están colonizados por sectores intolerantes, excluyentes y manipuladores, y marquen con claridad una distancia con estos grupos sectarios, puedan aportar a la renovación de la Iglesia y promover la liberación de nuestras sociedades oprimidas por clases dominantes insolidarias y depredadoras. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM

Papa Francisco: “No hay lugar para sacerdotes que abusan de menores”

Papa Francisco: “No hay lugar para sacerdotes que abusan de menores” Reflexiones Teológicas Dominicales. 15-febrero-2015. Pontífice informó a los obispos y superiores de todo el mundo que no se tolerarán más encubrimientos “para evitar el escándalo”. El Papa Francisco ha escrito el 02 de febrero pasado, una carta a los Presidentes de las Conferencias Episcopales y a los Superiores de los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de vida apostólica para informarles sobre la misión de la Pontificia Comisión para la Protección para los Menores. 1.- El Papa sobre los abusos sexuales es contundente y pide que la Iglesia sea una “casa segura” para proteger los niños: “no se podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores”. “Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos, y tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura” instó Papa Francisco al clero del mundo para que haga de todo para ayudar a las víctimas de abuso y prevenir nuevos episodios de violencia sexual por parte del clero. 2.- En la misiva publicada este 05 de febrero, el Obispo de Roma exhortó a “vigilar atentamente que se cumpla plenamente la circular emanada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 3 de mayo de 2011, para ayudar a las Conferencias Episcopales en la preparación de las líneas maestras para tratar los casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos”. Cabe recordar que en el mes de julio el Pontífice se reunió con algunas personas que han sido objeto de abusos sexuales por parte de sacerdotes. En la misma carta, el pontífice cuenta que se sintió “conmovido e impresionado por la intensidad de su sufrimiento y la firmeza de su fe”. Estos rostros de sufrimientos, dijo le confirmaron “una vez más” su “convicción de que se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”. 3.- Responsabilidad del Obispo y Superiores: A las cabezas de la Iglesia en el mundo les invita a ser vigilantes contra el abuso de niños y ancianos. “Corresponde al Obispo diocesano y a los Superiores mayores la tarea de verificar que en las parroquias y en otras instituciones de la Iglesia se garantice la seguridad de los menores y los adultos vulnerables”. En la comunicación pide a las Conferencias Episcopales “de adoptar un instrumento para revisar periódicamente las normas y comprobar su cumplimiento”. Asimismo, insistió en la acogida de quien ha sufrido abuso sexual a través del tratamiento espiritual y psicológico. “Como expresión del deber de la Iglesia de manifestar la compasión de Jesús a los que han sufrido abuso sexual, y a sus familias, se insta a las diócesis y los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica a establecer programas de atención pastoral, que podrán contar con la aportación de servicios psicológicos y espirituales” escribe Francisco. Al final, el Papa solicitó explícitamente la “colaboración plena y atenta” del clero con “la Comisión para la tutela de los menores” instituida en el Vaticano. “La tarea que le he encomendado incluye la asistencia a vosotros y a vuestras Conferencias, mediante un intercambio mutuo de «praxis virtuosas» y de programas de educación, formación e instrucción por lo que se refiere a la respuesta que se ha de dar a los abusos sexuales”. 4.- Comisión para la protección de los menores: El Pontífice instituyó en marzo 2014 la realización de una dicasterio vaticano para proteger a los menores, iniciativa anunciada en diciembre de 2013, y que ahora es confirma para “ofrecer propuestas e iniciativas orientadas a mejorar las normas y los procedimientos para la protección de todos los menores y adultos vulnerables”. La Comisión ha anunciado el Obispo de Roma está conformada por “personas altamente cualificadas y notorias por sus esfuerzos en este campo”. La Comisión para la protección de los menores, en diciembre ha sido reforzada – por voluntad de Francisco- con nuevos miembros, “en representación de las Iglesias particulares de todo el mundo”. Precisamente, la Comisión se reunirá al completo en Roma, por primera vez, en los próximos días. Así es considera por el Pontífice como un instrumento eficaz que “ayudará a animar y promover el compromiso de toda la Iglesia en sus diversos ámbitos — Conferencias Episcopales, diócesis, Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, etc. — para poner en práctica las actuaciones necesarias para garantizar la protección de los menores y adultos vulnerables, y dar respuestas de justicia y misericordia”. Fuente: Ary Waldir Ramos Díaz. 05.02.2015. http://www.aleteia.org/es/internacional/noticias/papa-francisco-no-hay-lugar-para-sacerdotes-que-abusan-de-menores-5810921762979840 Conclusión: La hipocresía del encubrimiento de abusos, con el pretexto de evitar el escándalo, siempre ha sido cuestionada por el actual Papa. El encubrimiento es otra forma de abuso y falsedad. Pero, los abusadores y sus cómplices, tienen en no pocos casos, redes de protección, que estarán siempre conspirando contra la efectividad de las medidas anunciadas por el Papa Francisco. Décadas de post-concilio, demuestran que personas acostumbradas a mandar, a ser consideradas como portadoras de la última palabra y decisión en las comunidades de creyentes y que además, generan una pasividad complaciente de parte de feligreses que no son pro-activos sino obedientes pasivos y a veces alienados, seguirán siendo factores de retraso y tardanza en la necesaria renovación de la actual Iglesia Católica. Por lo mismo, la paciencia y esperanza, son actitudes necesarias para seguir perseverando en la fe-esperanza-amor en forma activa. Los laicos y consagrados conscientes de la gravedad de los abusos en la Iglesia, tienen una tarea que hacer, que no es fácil, pero que no se puede postergar o rehusar hacer, sin dañar gravemente nuestra autenticidad cristiana. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

LIBERTAD Y DISCERNIMIENTO DE LOS HIJOS DE DIOS.

Reflexiones Teológicas Dominicales. 25-enero-2015. La psicología moderna insiste en que desde el comienzo de la vida, el hombre necesita de una ley. No se madura ni se crece humanamente sin poner límites a los propios gustos e instintos. Esta misma ley brota de la dimensión comunitaria del hombre por lo mismo las instituciones reglamentan esta necesidad de poner límites a las pulsiones y deseos humanos. De lo contrario no sería posible la vida social. Sin embargo, la misma vida humana tiene una cierta evolución y dinamismo que hace necesario ir adecuando en el tiempo las leyes que regulan el equilibrio que se hace necesario mantener para ser posible la convivencia. En esto las leyes pueden fallar cuando se quedan muy atrasadas en el tiempo, bloqueando y obstaculizando en vez de favorecer un desarrollo normal de esta relación entre seres humanos. Esta situación anterior se proyecta en la dimensión religiosa. Aquí la ley adquiere un carácter sagrado. Pero también se corre el riesgo de caer en un legalismo y en una desviación narcisista que quita a Dios del centro de la vida, reemplazándolo por una auto-complacencia y auto-búsqueda egoístas. La ley en estos casos se confunde con la opresión y esclavitud interior. Ambas situaciones son incompatibles con la vocación cristiana a la libertad. 1.- El cristiano tiene una relación familiar con Dios. Es una relación de amor, de confianza, incluso ternura que hace de Dios a un padre amoroso con el cual se puede hablar de un tu a tu. Lo anterior fue anunciado por Jesucristo como un mensaje de salvación. Esto escandalizó al mundo judío. Pues los pecadores eran recibidos por Jesús como los predilectos del Padre. Él les pedía un cambio de actitud más bien que un cumplimiento de la ley mosaica. Sin embargo, esto no significa desvalorar la función de la ley sino ubicar sobre ella el valor central del amor transformante de Dios que la ilumina y le da su sentido. Tampoco la libertad se puede entender en un sentido meramente sociológico lo cual nos haría caer en otra forma de alienación que hace perder el sentido salvífico que tiene que tener el librarse de la ley como lo entiende San Pablo. Lo esencial en la enseñanza paulina es que Dios gratuitamente nos salva, nos redime y nos libera de la esclavitud del pecado y de la ley. Por nosotros mismos no podemos salvarnos. Necesitamos de una regeneración que viene de Cristo como fuente de purificación de nuestras raíces más profundas. Hay una fuerza interior que produce una nueva dinámica en la espiritualidad o moralidad humanas: El Espíritu Santo. Esta realidad trascendente hace posible ir más allá de las obligaciones generales, llega al fondo del hombre, donde ninguna ley puede orientar ni iluminar. Por eso, lo primero es tener una experiencia de Dios y no partir del cumplimiento de normas u obligaciones. 2.- Primero está Dios, nuestra libertad y después nuestra moralidad. Es importante el discernimiento y buscar siempre lo que agrada a Dios. Esto último se comprende por nuestra relación familiar con el creador. Es un dialogo que busca saber qué es lo que le agrada a nuestro Padre Dios a quien amamos y a la vez se hace presente en nuestras vidas por medio del amor. Esto supone siempre superar los esquemas humanos que están acomodados a los anti-valores de un espíritu contrario a Dios y que están alejados de su influjo transformador. El cristiano tiene una nueva forma de conocer y experimentar la vida moral. Se identifica con Dios y deja que este actué en su ser. Para hacer un discernimiento de la autenticidad de esta vida espiritual es necesario saber distinguir los signos de una elección acertada es la ortopraxis. En este proceso de discernimiento es posible detectar desviaciones, producidas más bien por debilidad que por malicia. Sin negar tampoco la posibilidad de una real transgresión. Esto justifica mantener una normativa moral, que sirva como guía o recordatorio permanente. Somos débiles y con demasiada facilidad cometemos errores morales. Las normas morales nos ayudan a reconocer esto. Nuestro estado actual es imperfecto. Existirá siempre el peligro de caer en dos extremos negativos: La esclavitud de la ley y el libertinaje. 3.- Toda moral supone optar por ciertos criterios de valoración y, para vivir los valores siempre se tendrá que asumir el límite de lo negativo-positivo que esta opción establece para hacer posible la realización de una vivencia moral. En el cristianismo, moral y religación están esencialmente unidas. El bien es un fruto de la relación del hombre o mujer con Dios. Todo bien verdadero que podamos encontrar en cualquier persona creyente o no-creyente o en cualquier cultura o religión, tiene su origen en Dios. Este bien deseado o realizado libremente, que se puede justificar por creencias o doctrinas diversas, para los cristianos será siempre un fruto de la redención de Jesucristo. En todas las culturas y religiones han existido hombre y mujeres que asumiendo la libertad personal y discerniendo para hacer el bien y evitar el mal, han crecido en espiritualidad y humanidad. Esto es posible porque el anhelo de verdad, bondad y belleza que hay en el espíritu humano es un impulso que viene de Dios, que por la acción redentora de Cristo, por quien fueron creadas todas las cosas, se manifiesta como hecho cultural moral y religioso. La pedagogía divina rescata a los seres humanos a través de sus errores y equivocaciones. Esto se desarrolla en la historia. La Iglesia es un sacramento universal de esta presencia de Dios en el mundo. Por esta razón se puede decir que el Evangelio, es una Buena Noticia de salvación y purificación que toda cultura y religión necesitan recibir como don divino para conocer el rostro verdadero de Dios. Conclusión: A pesar de nuestra fragilidad, por la acción redentora de Jesucristo podemos caminar hacia la libertad y el discernimiento y vivir el ideal evangélico en camino a la plenitud del Reino definitivo de Dios. La presencia salvífica de Dios es universal, todo hombre y mujer de buena voluntad, es tocado/a por el amor redentor de Jesucristo. En el cristiano esto es consciente como fe confesada y vivida, suponiendo la sinceridad y acción de la gracia de Dios. Libremente crecemos en la verdad espiritual y bien moral, Dios respeta nuestro ritmo y desarrollo personal y situacional. Necesitamos orar siempre y en todo momento, para discernir lo bueno y lo malo, en comunión con nuestro Dios-trino, creador y salvador. Sin la gracia de Dios no hay moral cristiana y nuestra libertad personal no logra su plenitud. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule. Estudiante de Magister en Ciencias Religiosas y Filosóficas. Mención Filosofía. UCM.

    Presentación

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