NACEMOS Y MORIMOS PARA VIVIR ETERNAMENTE. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 26 DE ENERO DE 2014.

Para los pocos católicos que leen mi muro. NACEMOS Y MORIMOS PARA VIVIR ETERNAMENTE. REFLEXIONES TEOLÓGICAS DOMINICALES. 26 DE ENERO DE 2014. Empezamos a existir sin ser consultados. En el proceso de nuestro crecimiento como personas, descubrimos nuestra conciencia y el drama de nuestra libertad. Somos lo suficientemente libres para no ser meros animales, pero nuestra libertad tiene límites y posibilidades que suponen todo el potencial humano que encierra nuestro ser: razón, inteligencia, afectividad, energía física y mental, etc. Nuestro ser tiene el valor fundamental de la vida, pero por sí mismo queda concentrado en su relatividad existencial marcada por la dualidad del bien y del mal, por el dolor, sufrimiento, angustia, etc. ¿Cuál es el bien? ¿Somos libres para qué? ¿Y la muerte? 1.- Se muere un ser querido y no podemos dejar de sentir dolor y angustia. Su realidad sensible, palpable e individual desaparece. Nada impide que la realidad de la muerte corporal nos toque con dureza. Se detiene un proceso biológico e histórico. Lo histórico no desaparece como lo biológico. Pero, queda atrapado en nuestras lecturas de la vida. En nuestras culpas y banalidades. Recordamos con amor o con resentimiento, incluso con odio a los que murieron. Esta es una experiencia bastante superficial de la muerte como límite de la vida. 2.- La muerte como un aspecto de la vida, tiene un valor trascendental que supera la visión parcial de todo materialismo o positivismo anti-metafísico. Nuestra existencia se hace realidad cada día. Cada día marcamos nuestra radicalidad existencial, nuestra razón de ser-en-el-mundo. No somos seres determinados como entes cibernéticos sin conciencia ni libertad. Nuestra libertad tiene sentido sí existe una trascendencia que no puede ser anulada por un proceso cerebral o económico o material. La libertad realmente entendida y asumida es una huella de Dios en nuestra naturaleza. 3.- Nuestra existencia es histórica. Sus hechos temporales respiran un sentido trascendental. Pero, también nos podemos perder en lo que nos separa de ese sentido. Hoy podemos ser lo contrario de lo que fuimos ayer y terminar siendo seres fatídicos, dejando en el pasado nuestro “olor a santidad”. Sería ilusoria la libertad personal sin tener la posibilidad de optar libremente por lo que nos aleja del plan de Dios. Con responsabilidad tenemos que asumir las consecuencias. Nuestra libertad es respetada por Dios y en democracia sería absurdo que no fuera respetada. Por lo mismo la tolerancia se hace necesaria y también sus justos límites. No todo se puede tolerar o permitir. 4.- La muerte tiene una cualidad ontológica RADICALMENTE positiva: termina por definir nuestra existencia personal, lo que hemos sido y llegamos a ser. Morir es ser lo que somos. Lo que se pudre es el cuerpo, pero no nuestra historia que es inmortal. Nuestra historia no es un conjunto de hechos exteriores a nuestro ser, es la expresión más esencial de lo que somos ahora mismo. Es un presente que asume nuestro pasado con todas nuestras conversiones y correcciones existenciales. Es un presente redimido con todo su pasado y futuro, desde el mismo momento que aceptamos libremente el amor de Dios y nos arrepentimos de nuestros errores voluntarios. 5.- El lado positivo de la muerte es oscurecido por la culpa, el mal cometido y el miedo. No es la experiencia de los hombres y mujeres de Dios que han superado la rebeldía. No deja de ser un dolor muy sensible el morir, en lo personal y en la situación de los demás. Pero, la fuerza del espíritu inmortal o incorrupto que anima la vida de comunión con Dios, que es la eternidad incorporada en el tiempo, hace de la muerte un paso, un nacimiento a la vida eterna. Morir es nacer en la intimidad de la trascendencia divina. 6.- La muerte no termina con la comunicación fraternal. Es nuestro alejamiento de Dios, lo que nos separa de nuestros seres queridos o de los han fallecido. Pero, es una comunicación que se hace posible en el amor de Dios. Fuera de esta comunión es sospechosa o totalmente falsa o engañosa: espiritismo o necromancia. Al morir perdimos los sentidos o lo sensible, pero lo esencial se manifiesta bajo el poder de Dios. ¿Por qué? Porque desde nuestro origen, Dios, podemos comunicarnos libres de todo mal, como reza la oración del Padre Nuestro. 7.- Nuestros seres queridos reunidos con Dios, nos siguen amando, desde la supra-historia se interesan por nuestras vidas que tienen que definirse en la muerte. Esta idea está expresada en apocalipsis 6: 9-11 “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” La santa muerte es un paso necesario para la vida eterna. Como experiencia sensible la muerte es un dolor muy grande; desde la trascendencia de la vida humana, la muerte es lo mejor que le puede pasar a un hombre o mujer buenos o inocentes como son los niños que mueren por miles, por causa del mal humano; pero por sobre este mal, resucitó Cristo para vencerlo y hacer vivir a los muertos más allá de lo tangible y también hacer renacer la vida en medio de la creación restaurada. Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.
0 Responses

    Presentación

    En nuestro país, el grupo Edwards y COPESA son los conglomerados con mayor cantidad de medios de comunicación. La información que recibimos día a día a través de la televisión, los periódicos y las principales revistas forman nuestra manera de ver e interpretar el mundo que nos rodea desde con marcados elementos ideológicos, de los cuales ni siquiera nos damos cuenta.

    Desde esta perspectiva, generar espacios para compartir aquello que nos des-alinea y nos des-aliena de la cultura y la ideología oficial, constituye una necesidad para aquellos que aspiramos a construir una "realidad" diferente, basada en valores humanistas, centrados en la solidaridad y que acogen la potencialidad creativa que existe en cada uno de nosotros.

    El objetivo de esta página web es, precisamente, constituirse como un medio de comunicación y de expresión generado por personas comunes y corrientes, pero que buscan conectarse con lo grande que hay dentro de ellas mismas y entregarlo a los demás a través de la palabra escrita.